El artista decora las piedras con pintura de óleo y acrílico. Los precios van desde $1 hasta $30, según el tamaño. Foto EDH/ Cristian Díaz.
“A veces encontramos cantidades de piedras; pero no todas clasifican para trabajarlas. Somos bastantes cuidadosos en la forma y textura”, explicó el joven, que estudia ciencias de la educación en la Universidad de El Salvador.
Algunas de sus obras las ha regalado a personas de su aprecio y otras han sido comercializadas a precios que van desde $1 a $30, dependiendo del diseño, tamaño, y acabado.
Las personas las utilizan, las de mayor tamaño, para sostener las puertas, y las pequeñas como adornos en escritorios.
El amor por el dibujo lo tiene desde pequeño, cuando su padre, José Antonio Ascencio, le mostraba lo que él hacía en su época de estudiante y donde había fomento a las manualidades.
Observar los cuadernos de primer grado de su progenitor terminó de incentivar su deseo por dicha área.
“Le dije ‘quiero aprender a dibujar’; entonces comenzó a explicarme lo básico del dibujo. Comencé a retomar todas las sugerencias que me daba; cuando comencé el primer grado, ya llevaba la intención de querer destacar en el arte”, contó.
Los dibujos que hacía cuando llegó a tercer ciclo llamaban la atención de sus compañeros, quienes se los compraban a precios simbólicos.
La pintura comenzó a practicarla en el 2000, cuando observó, en sus visitas a otros municipios cómo los artistas plasmaban sus obras, a través de la combinación de colores.
Lo aprendido por sus propios esfuerzos, pues es autodidacta, le ha permitido brindar, desde hace cuatro años, varios talleres en la Casa de la Cultura de Concepción de Ataco, donde han asistido niños, jóvenes y personas de la tercera edad.
Veintidós niños están actualmente cursando el taller de dibujo y pintura, que durará tres meses. Las personas que deseen adquirir dicho arte, pueden encontrar a William en el portal del casino municipal los fines de semana.