Aunque la sismicidad que ha afectado desde el 12 de noviembre el Área Metropolitana de San Salvador se relaciona con fallas locales, según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), expertos de la Universidad de El Salvador (UES) se refirieron también, durante una entrevista televisiva, al constante monitoreo que se mantiene en una parte de la zona volcánica del país.
Las investigaciones de la UES se han centrado en verificar los comportamientos de los volcanes Ilamatepec, en Santa Ana; Chaparrastique, en San Miguel; y el de San Salvador. Los dos primeros porque son los que han tenido actividad eruptiva en años recientes; mientras que en el último, que aún no reporta “anormalidades”, realizarán una visita de campo tras la sismicidad registrada “para ver si hay algún cambio”.
“Básicamente hemos estado observando más lo que es San Miguel, que es el volcán más activo, justo en enero de este año hizo una pequeña actividad. Es un volcán que casi desde 2006 viene presentando una serie de actividades que culminaron con la erupción en diciembre de 2013“, dijo Benancio Henríquez, físico y vulcanólogo de la UES, en la entrevista República del canal 33.

Pese al seguimiento que dan como universidad a esos colosos, para Henríquez el volcán de mayor riesgo en El Salvador es la Caldera de Ilopango, así como consideró que San Salvador es la zona más vulnerable ante este fenómeno.
“El de mayor riesgo es el de Ilopango, si lo pensamos en las dimensiones de sus erupciones”. La zona de mayor riesgo volcánico es San Salvador, porque la ciudad ha rodeado la estructura volcánica del volcán de San Salvador y también en las proximidades de Ilopango”, señaló.

Incluso un estudio revelado en 2016 por la Universidad de Bristol advertía sobre el riesgo de una erupción de ese volcán, debido a la acumulación de magma.
“San Miguel, históricamente, ha estado presentando erupciones de baja energía. Mientras, Santa Ana fue una erupción entre baja e intermedia, pero al menos Santa Ana no tiene población más cercana como la hay en San Salvador, por lo que se debe poner atención”, agregó.
Para los expertos, en el país hace falta un registro histórico sobre actividad sísmica para comparar como era el panorama en otras épocas, aunque reconocen que en la actualidad con la tecnología que ha adquirido Medio Ambiente se puede obtener datos a la brevedad, tal es el caso de saber rápidamente cuál es el volcán más activo.
#República | “Es más fácil predecir una actividad volcánica a un sismo”. Guillermo Morán, Geólogo.
— República (@Republica33TV) November 19, 2019
De acuerdo con Guillermo Morán, geólogo de la UES, la institución de educación superior cuenta con un equipo limitado para investigar y lo que hace al respecto es con apoyo de estudiantes.
No obstante, la falta de recursos también afecta en el trabajo para lograr monitorear los 21 volcanes activos que hay en El Salvador, expusieron.
#República | “Los volcanes hay que estarlos observando porque de repente hacen pequeñas fluctuaciones”. Benancio Henríquez, físico y vulcanólogo. pic.twitter.com/YJzndRW8HE
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Algunos colosos no son vigilados porque “no tienen tanto impacto en términos sísmicos o de la cantidad de gases que puedan estar emitiendo, y que también por falta de recursos no son monitoreados”, detalló Luis Castillo, físico de la UES.
Uno de los casos en los que, según el experto, se debe profundizar es en el del lago de Coatepeque, cuyo color cambia a turquesa en algunas ocasiones.

“No sabemos todavía cuál es el origen de toda esa coloración preciosa que se arma cada cierto tiempo. Si es origen biológico o hay una entrada de gases desde la cámara magmática y modífica el químico del agua”, dijo Castillo.
Otros volcanes que necesitan ser monitoreados son el de San Vicente y Conchagua, “por estar ubicados en la cadena volcánica más activa”, añadió.
Los expertos coincidieron en que hay esfuerzos en el tema de sismicidad y vulcanología, pero hace falta más investigación.