Memorias de una prisionera política revelan detalles de la clandestinidad guerrillera en El Salvador
El libro se titula "Díganle a mi madre que estoy en el paraíso” y visibiliza la vida de Ana Margarita Gasteazoro, alias Mónica, la joven de clase alta que optó por sumarse a la lucha armada en los años 80.
A Ana Margarita Gasteazoro nadie la relaciona con el conflicto armado de El Salvador. Y muy pocos recordarán el importante rol que cumplió desde la trinchera de la oposición política, en esos años de dinastías militares.
Carlos Henríquez Consalvi, director actual del Museo de la Palabra y la Imagen (Mupi) y uno de los protagonistas de ese intenso capítulo de la historia nacional, no sabía de quién se trataba; hasta el día de su disertación en un congreso de historia en Austin, Texas, hace ya más de dos años, cuando Judy Blankenship se le acercó a saludarlo.
“Ella me pregunta si conozco a Ana Margarita, yo le digo que no. ‘Fue una mujer extraordinaria’. Me aseguró”, recordó el venezolano que adoptó a El Salvador como suyo, tras fundar y liderar la Radio Venceremos en los años 80
Sí, Ana Margarita Gasteazoro fue una pieza vital en la construcción de la historia de El Salvador de hoy, una mujer valiente, curiosa, inteligente y llena de vida, que heredó a su país un gran legado.
Pero es hasta mayo de 2019, a 26 años de su muerte —el 30 de enero de 1993, víctima de cáncer—, que su herencia ve la luz en un libro que recoge casi 40 años de memorias.