Hasta agosto de 2019, unos 629,117 salvadoreños se reportaban como deudores de una o más tarjetas de crédito, según el Observatorio de Tarjetas de Crédito de la Defensoría del Consumidor.
En once meses -octubre 2018 a agosto de 2019- el número de deudores de este producto financiero aumentó en más de 24,000.
Se desconoce cuánto es el saldo pendiente de cada usuario de tarjetas y cuántas poseen, pero según información de la Superintendencia del Sistema Financiero, hay algunos que llegan a tener hasta siete tarjetas de crédito, de diferentes entidades. Tenerlas no es el problema, dicen los especialistas en finanzas, sino aprender a usarlas con prudencia y sobre todo a pagarlas.
Lo primero que cualquier poseedor de una tarjeta debe saber es cómo leer su estado de cuenta y lo recomendable de pagar mes a mes, más del mínimo para no acumular intereses.
Sin embargo el mal manejo hace que se cometan errores que lleven a mucha gente a endeudarse y no encontrar la salida.
Sara Menéndez(nota aparte), es una salvadoreña que en tres años llegó a acumular una deuda de $81,000 y su angustia al no poder pagarlas es tal, que pensó en suicidarse como vía para que sus deudas quedaran canceladas. La deuda, se convirtió para ella, en una pesadilla.
La trampa del endeudamiento
Según Ana María Valladares de Logros, una entidad especializada en el manejo de finanzas, una persona puede darse cuenta que está cayendo en la trampa del endeudamiento cuando del total de sus ingresos está destinando más del 30% a pago de deudas y para hacerle frente a sus gastos de manutención propios y de su familia, sólo destina una parte mínima que no alcanza.
Otra alarma es cuando posee más de una tarjeta de crédito y en todas, absolutamente en todas, solo paga solo el mínimo y por ende necesita liberar saldo cada mes para poder financiar sus gastos de vida con tarjetas porque el efectivo ya no le es suficiente.
Según la experta, otra señal es cuando se retira efectivo de un cajero con tarjeta de crédito para pagar las cuotas de otras deudas.
Un peligro más es creer que la solución es una consolidación de deudas pero como ya dejó de ser sujeto de crédito dentro del sistema financiero, se recurre a otro tipo de instituciones que prestan con menos requisitos pero tasas de interés más altas o se hace uso de prestamistas.
¿Cómo evitar caer en esa trampa? “El consejo es cambiar su relación con el dinero, planificar sus finanzas, crear nuevas fuentes de ingreso y establecer metas financieras personales y familiares. Abstenerse de utilizar la deuda como un mecanismo de financiamiento del consumo rutinario y aprender a utilizarla como herramienta de apalancamiento para multiplicar sus ingresos”, dice Valladares.
Los cobros abusivos
Ahora bien, si la persona ya se encuentra en una situación económica crítica debido a las deudas y al mal manejo, lo mejor es buscar toda la ayuda posible para gestionar la deuda por medio de un rescate financiero, aconseja la experta.
Valladares asegura que ha conocido casos de personas que pierden todo debido al endeudamiento.
“Los acreedores les persiguen para recuperar lo que se debe (…) el objetivo es atemorizar al deudor y obligarlo a pagar por encima de cualquier otra necesidad tomando decisiones equivocadas o siendo demandados judicialmente hasta llegar a perder propiedades, sufrir embargos salariales, etc.”, advierte la especialista.
De enero 2018 a septiembre de 2019 la Defensoría del Consumidor brindó 1,773 atenciones de problemáticas relacionadas con cobros, de esas 212 son denuncias relacionadas con acoso telefónico o presencial.
Según la Defensoría, los denunciantes reportan hasta 20 llamadas diarias de cobro ya sea al celular o al lugar de trabajo, también a jefes, personal de Recursos Humanos, compañeros de trabajo o familiares que no figuran como fiadores, para exponer al deudor o llamadas telefónicas en horas nocturnas.
Otra denuncia es la presencia de cobradores en el lugar de trabajo, escándalos en las empresas, amenazas de embargo y cobros directos a familiares del deudor.
Incluso algunos deudores han reportado que pegan notas de cobro en árboles y postes con información personal de ellos. Según los datos, la mayoría de denunciantes ( 136 de un total de 212 denuncias) son mujeres y el rango de edad es 43 años.
La Defensoría indica que los créditos de consumo y las tarjetas de crédito son los principales problemas que enfrentan los consumidores.
Aunque no hay reportes de cuánto debe cada salvadoreño, el número de deudores de tarjetas subió en 24,000 en los últimos once meses y hay 829, 117 tarjetas circulando en el país, hasta agosto de 2019.
El uso, insisten los expertos no el problema, sino el mal manejo, que puede llevarla a un proceso de pobreza material. Además daña en el plano emocional, y de salud en general.
“Las familias padecen un estrés denominado financiero, caracterizado por la angustia permanente que les genera la pérdida de la salud física, de paz mental, del sueño; provocando violencia y agresión entre los miembros de la familia o la pareja”, explica la experta de Logros.
“Las relaciones personales se dañan y las familias se llegan a desintegrar por completo. En algunos casos extremos hay personas que han llegado hasta el suicidio”, añade.
Según Valladares, los deudores también presentan en el trabajo complicaciones como bajo rendimiento, ausencias por mala salud, lo que no contribuyen a un buen ambiente laboral.
Son personas que poco a poco van buscando el aislamiento social a todo nivel, en muchos casos hay hasta pérdida del empleo.
Sin importar cuántas deudas se tenga, siempre habrá una salida, asegura la especialista de Logros.