Rafael Escoto, investigador de la UES: “La Universidad camina, pero a pasos de dinosaurio”

Este científico de la Universidad de El Salvador (UES) habla de los problemas que más afectan a la institución, y no es muy optimista para que se produzca un verdadero cambio a corto o mediano plazo.

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Foto EDH / David Martínez

Por Roberto Alas

2019-10-15 8:52:01

Con cerca de 30 años de docencia e investigación científica, Rafael Gómez Escoto habla con propiedad acerca de los problemas de calidad académica y científica por los que atraviesa la Universidad de El Salvador (UES), los cuales la mantienen estancada respecto a las universidades públicas de Centro América.

Graduado en la Universidad Técnica Superior de Darmstadt, Alemania, ostenta el título de Doctor de las Ciencias Naturales con especialidad en Ciencia de los Materiales. Gómez Escoto lamenta que, en el área científica, la universidad produzca muy poco.

Este investigador también lamenta que la UES aún no haya dado el paso para entrar al Siglo XXI, y a ello se refiere a que la institución no despegue en la enseñanza tecnológica. Peor aún, este docente no ve un despegue a corto plazo en la principal universidad del país.

¿Como científico, cuál es la evaluación que hace de la Universidad de El Salvador?

Después de época de guerra y postguerra la universidad quedó deprimida en su desarrollo académico, eso implica que no ha habido grandes avances en lo relativo a la modernización de la universidad, los planes de estudio de todas las carreras universitaria datan de los años 70.

El otro aspecto es que una universidad moderna, según se concibe, no es solo la que produce profesionales, la universidad debe de generar investigación científica, es decir, debe producir conocimiento… Se necesita equipar a los pocos laboratorios.

La universidad cuenta con varios laboratorios, por ejemplo el de Toxinas Marinas, de Ciencias del Mar, Ciencias de la Tierra, laboratorio del Agua, de Análisis Químicos y otros que están en las diferentes facultades pero que reciben poca alimentación presupuestaria, de tal manera que cuando se daña un equipo es bien difícil recuperarlo, o el simple hecho de darle mantenimiento a los equipos es un proceso engorroso que a veces algunos proyectos de investigación fracasan por esas causas.

Foto EDH / Jessica Orellana

¿Habla de que la UES ha caído en un estancamiento?

Estamos en un ritmo de estancamiento y usted puede observar que las universidades privadas se han ido acercando, cada vez destacan más en su presencia e impacto a nivel nacional que la misma Universidad de El Salvador. No es por tener envidia, (pero) hace poco una universidad privada inauguró un observatorio astronómico, y eso es muy importante para el país. En la Universidad de El Salvador ese proyecto lo hemos presentado desde hace años y nunca se logró gestionar ni hacer realidad. Otras universidades privadas también están empezando a incursionar en la investigación científica seria. Eso nos hace reflexionar es que la Universidad de El Salvador se está quedando atrás, estancada (y) seguimos produciendo una carretada de profesionales, son más de 3,800 profesionales al año que aquí se gradúan.

¿Cuando se habla de producción científica, a qué se refiere, para que los lectores tengan claro el papel de la Universidad?

Nos referimos a todas aquellas investigaciones hechas en todas las áreas del conocimiento y que producen nuevo conocimiento, o que nos permiten estudiar problemas de la realidad nacional y analizar cuáles son sus causas y efectos, y poder generar propuestas de solución. Tenemos investigaciones en el área de la salud en el tema de chagas, chikunguña.

Estas investigaciones vienen a atender problemas críticos de país y eventualmente a darle solución. Entonces nuestros investigadores deben de estar empeñados en ello.

¿La universidad no tiene estadísticas de cuánto produce al año en investigación científica?

Hay indicadores internacionales. A la Universidad de El Salvador la rankean bajo esos indicadores. Estos no solo se basa en el número de graduados o el número de estudiantes sino, principalmente, en la producción científica.

Ellos revisan, por ejemplo, cuántos artículos científicos se producen al año por investigadores de la universidad, o cuántos libros se escriben por investigador al año, o cuántas patentes se han generado desde la universidad. Hay muchos indicadores que ellos evalúan.

¿De eso, qué es lo que produjo la Universidad?

La Universidad, solo para ponerle un ejemplo, ha generado en los últimos cinco años 40 artículos científicos. Eso significa que estamos produciendo 10 artículos por año en todas las áreas del conocimiento; si tenemos 12 facultades significa que estamos menos de un artículo científico por facultad por año. Esa es una producción científica muy baja porque en el mismo periodo la Universidad de Costa Rica ha generado 2,000 o 3,000 artículos científicos, se observa la brecha.

¿Por ejemplo, en el área de robótica, aeronáutica y otras, dónde está?

Ese es otro tema que va a la par. Aquí estamos hablando solo las áreas tradicionales en que la universidad proyecta, pero la universidad debe proyectarse hacia el siglo XXI, abrir nuevas carreras, nuevas áreas del conocimiento, nuevas líneas de investigación y no lo estamos haciendo. La Universidad tendría que emerger en la robótica, en la inteligencia artificial y otros temas relacionados a las comunicaciones. Eso implica abrir nuevas carreras, nuevas especializaciones, lo que implicaría abrir nuevas áreas de investigación, abrirse al mundo.

Con toda esa evaluación la Universidad camina pero muy lento…

La Universidad camina, sin duda, porque tenemos buenos docentes, buenos investigadores; pero el número de investigadores es deficiente y probablemente no tenemos el número de docentes preparados en todas las disciplinas. La Universidad camina, pero a pasos de dinosaurio, camina muy lentamente; con excesiva burocracia y con una falta de comprensión de visión de lo que debe ser una universidad moderna del siglo XXI.

¿Adónde ve usted a la Universidad a corto o mediano plazo?

Si la Universidad en este momento no reflexiona sobre sí misma, si no la repensamos, si no la proyectamos a las exigencias del Siglo XXI, esta Universidad va a seguir estancada y no sabemos por cuánto tiempo. Las decisiones hay que tomarlas ya, estamos en un periodo electoral y sería el momento para repensar a la Universidad, para hacer de ella algo diferente a lo que tenemos; sin embargo, no vemos luz al otro lado del túnel, no hay claridad de que eso vaya a suceder, todo indica que a lo mejor vamos a tener más de los mismo y viene otro periodo de cuatro años a seguir profundizando las deficiencias.

¿Qué investiga Gómez Escoto en este momento?

Como responsable del Laboratorio de Fluorescencia de rayos X de la Escuela de Física de la UES, este científico se ha centrado en investigar la contaminación por metales pesados en el lago de Ilopango; también tienen un proyecto para la instalación de un laboratorio de nano-materiales y películas delgadas que no ha tenido financiamiento. Este laboratorio vendría a contribuir al desarrollo industrial del país y su gestión viene de meses atrás; pero no han tenido éxito porque es un laboratorio que requiere de una gran inversión para poder establecerlo y el presupuesto de la Universidad de El Salvador no alcanza para ello.