Erick Fernando Medrano Romero, recién cumplió 18 años de edad, su trabajo en el campo como agricultor desde pequeño, lo hizo fuerte, rudo y resistente a cualquier adversidad del clima y sobrevivencia humana. Por eso estaba casi seguro que aguantaría el complejo y árido camino para llegar a la frontera entre México y Estados Unidos. Así fue.
Pero un descuido de dos minutos terminó con el sueño de Erick. Las autoridades de migración lo capturaron cuando terminaba la tarde en las orillas del río Nogales.
Erick Fernando recuerda que ese día se encontraba a pocos metros del río con el amigo con quien planeó y viajó desde El Salvador en la caravana. Ambos estaban a varios metros de distancia junto a un puñado de personas de la caravana. Algunos se bañaban y otros solo mataban el tiempo.
En segundos, el lugar estaba nutrido de agentes de migración y policías federales, quienes detuvieron a más de 400 migrantes.
“Ese día recuerdo que a las 6:00 de la mañana nos pasamos el portón en la frontera de Tecún Humán entre Guatemala y México. Caminamos todo el día hasta llegar a un parque y luego nos bañamos en el río. Ya eran las 4:00 de la tarde aproximadamente”, narra el agricultor.
Algunos migrantes corrieron para cualquier lugar. Muchos se tiraron al agua y huyeron. Los agentes no se mojaron y permitieron que algunos escaparan. Erick se quedó y fue uno más de los 400 migrantes aproximadamente detenidos.
Mientras era sometido por los agentes, Erick veía con nostalgia como su amigo braceaba junto a otros jóvenes hacia el otro lado del río. El joven relata que estaba seguro que ahí había terminado todo el esfuerzo de llegar a Estados Unidos o el centro de México.