La controversial película “Joker” es un estudio de personaje construido a fuego lento sobre cómo un enfermo mental de mediana edad llamado Arthur Fleck se convierte en el Guasón, el temible villano de Ciudad Gótica.
La audiencia llega a conocerlo desde que trabaja como payaso contratado para eventos mientras vive con su madre en un apartamento derruido en Ciudad Gótica y se reporta ocasionalmente con una trabajadora social.
Sin embargo, donde sea que se encuentre siempre lleva consigo una tarjeta que reparte a la gente para explicar que sus ataques de risa se deben a una condición mental, que va más allá de la ficción y muestra una realidad poco conocida, aunque la cinta no habla específicamente sobre la enfermedad ni menciona su nombre, se trata del efecto pseudobulbar (ASB) o labilidad emocional.

En la película, Arthur vive con una condición que es real, existe; y que se caracteriza por una expresión emocional exagerada y hasta fuera de lugar en relación al contexto, la cual se presenta con episodios incontrolables de risa o llanto.
Las personas que sufren este trastorno no representan en sí su estado emocional real, ya que pueden reír por nervios, miedo o tristeza. De acuerdo con información de la Clínica Mayo, este problema aparece en pacientes con enfermedades o lesiones neurológicas, las cuales han afectado el cerebro en la capacidad de controlar las emociones.
¿Cómo identificar este problema?
– Ataques frecuentes, involuntarios e incontrolables de risa sin estar conectado con el estado emocional.
– La risa se puede convertir en lágrimas.
– La risa o el llanto puede durar varios minutos.
– Reír o llorar en situaciones donde la reacción no es lógica.
– Suele confundirse con depresión.
Las complicaciones del trastorno provocan en las personas vergüenza, aislamiento social, ansiedad y depresión, incluso puede afectar en la facultad de realizar tareas diarias y laborales.
De tal forma que, existen tratamientos para ayudar a disminuir lo grave y lo frecuente de los ataques, para recibirlo es importante acudir a un especialista, sugiere la Clínica Mayo.
En la película, es justamente lo que sucede con el Joker, basándonos en el síndrome, refleja las situaciones a las que se enfrentan los pacientes que viven con este problema, y que en particular, el personaje no recibe un tratamiento y su condición incontrolable lo lleva al borde de la violencia, la venganza y la locura.
En el caso de Joaquín Phoenix, sabía perfectamente que lograr la risa era un elemento clave en el personaje. “Vi videos de personas que sufrían risa patológica, un desorden neurológico que hace a los individuos reírse incontrolablemente”, explicó el actor en una entrevista con la revista italiana IlVenerdi.
Phoenix tardó alrededor de cuatro meses en perfeccionar la risa de Artur Fleck, al punto que indicó que si no lo lograba abandonaría el filme. Por suerte para los fans, tuvo éxito.