¿Quién se atrevería a pensar que la multipremiada actriz Sigourney Weaver fue parte del grupo de los “raritos” en su adolescencia?
Pues la tres veces nominada al Óscar y ganadora de dos Globos de Oro sufrió bulling, nada más y nada menos que por su altura.
La intérprete detrás de la icónica suboficial de la nave U.S.C.S.S. Nostromo, Ellen Ripley, mide 1.83 metros y cuando cumplió sus 11 años, ya era una joven impresionante.
Aunque su estatura es ideal para disciplinas como el baloncesto, Weaver asegura que era muy mala para ello. No solo fue una adolescente tímida, también tenía problemas de coordinación. Incluso cuando ya era una actriz graduada de la Yale School of Drama de Nueva York, le insinuaron que no tendría mucho éxito en la industria.
Sin embargo, después de aparecer en un rol de relleno en “Annie Hall” (1977), de Woody Allen, la novata de 30 años sorprendió al director Ridley Scott en las audiciones para el filme de ciencia ficción “Alien” (1979).
“Tuve mucha suerte al hacer un personaje como Ripley”, expresó la estadounidense en el marco del Festival Internacional de Cine de San Sebastián de 2016, durante el cual recibió el Premio Donostia a la trayectoria, de manos del director español J. A. Bayona, con quien trabajó en el drama fantástico “Un monstruo viene a verme” (2016).

Contra todos los pronósticos, la heroína de acción de Alien la coronó como la reina de la ciencia ficción. Fue su pasaporte a la fama.
Luego de ello, Susan Alexandra Weaver, como fue bautizada, se convirtió en una favorita de los grandes realizadores de cine. Entre los talentosos cineastas que la han dirigido figuran —además de Scott y Bayona—, James Cameron, David Fincher, Peter Weir, Roman Polanski, Jean Pierre Jeunet, Ang Lee, Woody Allen y Mike Nichols.
“La mayor sorpresa al conocer a Sigourney es descubrir su sensibilidad”, manifestó el español Bayona en 2016, en el marco del estreno de “Un monstruo viene a verme”. “Inevitablemente la asocias a la coraza de Ripley, posiblemente el personaje femenino más importante de la historia, pero es totalmente lo contrario”.
Pero Weaver no es solo ciencia ficción, drama y fantasía. También ha logrado destacar en roles más ligeros, en exitosas comedias como “Ghostbusters” (1984) y “Working Girl” (1988). Por esta última logró una nominación al Óscar y una al Globo de Oro a Mejor actriz de reparto en 1989 por su papel de astuta ejecutiva, pero solo ganó el Globo de Oro.
Ese mismo año también fue nominada al Óscar y al Globo de Oro a Mejor actriz por su interpretación de la naturalista Dian Fossey en el biopic “Gorilas en la niebla”. Al final, solo ganó el Globo de Oro.

La hija del productor ejecutivo de televisión Pat Weaver y la actriz británica Elizabeth Inglis incluye también en su filmografía títulos como “El año que vivimos peligrosamente” (1982), “Dave, presidente por un día” (1993), “Copycat” (1995), “La tormenta de hielo” (1997), “Héroes fuera de órbita” (1999), “WALL-E” (2008), “Avatar” (2009), “Red Lights” (2012), “Exodus: Gods and Kings” (2014), “Chappie” (2015) y “The Assignment” (2016), entre otros.
En la pantalla chica, su nombre está incluido en series como “Political Animals” (2012) y “The Defenders” (2017).
A 70 años de su nacimiento, el 8 de octubre de 1949, la talentosa Weaver puede jactarse de ser una de las hollywoodenses de la tercera edad a la que no le falta el trabajo.
A finales de septiembre pasado, se anunció que la esposa de Jim Simpson —se casaron en 1984, tres meses después de conocerse y siguen juntos— volverá a ser pareja del actor Kevin Kline, con quien actúo en el filme “Dave, presidente por un día” hace más de dos décadas.
Esta vez, coprotagonizarán “The Good House”, una adaptación cinematográfica de la novela de Ann Leary. Weaver se meterá en la piel de la agente de bienes raíces Hildy Good, descendiente de una de las brujas condenadas en Salem. Klaine será su expareja.