Son las 6 de la tarde y la afluencia de las personas en los alrededores del parque Cuscatlán aumenta.
Los capitalinos van en grupo, jóvenes que caminan y ríen junto con sus amigos, familias enteras que llevan bicicletas, pelotas y hasta sus mascotas se dirigen hacia el remozado parque que recién abrió sus puertas.
Desde antes de llegar a las entradas se escucha la expresión “¡Qué bonito está!”, mientras aceleran el paso.
Dentro del lugar puede observarse niños alegres correteando por todo el lugar mientras sus papás los observan o juegan con ellos, algunas personas aprovechan para llevar bebidas y algo para merendar.
Como la cancha de fútbol de grama sintética aún no está abierta, equipos conformados por niños, jóvenes y adultos aprovechan al máximo la cancha de baloncesto.
En la segunda noche tras la apertura del parque Cuscatlán se observa y se siente un ambiente distinto, alegre y de fraternidad; “lo que veo aquí es grandioso, me dan ganas de llorar del gran cambio, ha quedado lindísimo”, afirma Oscar Armando Romero, un capitalino que vive cerca del parque y que comentó que compara la renovación del espacio con parques como en Estados Unidos, en los que solía salir a caminar cuando vivió en el país del norte durante 23 años.
Miriam Montano, una joven que llegó al parque para reunirse con sus amigos después del trabajo, coincide con Romero, al describir la nueva imagen del parque como un espacio ideal para hacer planes con su familia “me siento como que si estoy en otro país”.
Los asistentes al parque también aprovechan para observar los monumentos y la galería urbana donde se han instalado ilustraciones de artistas salvadoreños.
También aficionados a los entrenamientos físicos como el grupo Entrénate llegó a “inaugurar” el parque, pues realizaron un circuito de carrera en su primera visita; “el parque está increíble, es una excelente opción, de hecho actualmente es la mejor opción para hacer ejercicio, combinar rutinas y actividades”, afirmó Ezequiel Orozco, coach del grupo de entrenamiento.