Con el pasar de los años, las bandas estudiantiles que participan en los desfiles de las Fiestas Patrias en El Salvador han experimentado cambios muy notorios. Hace aproximadamente dos décadas en estas agrupaciones solo se escuchaban marchas militares con sonidos repetitivos de redoblantes, bombos, trompetas y platillos. Hoy en día estos instrumentos musicales siguen sonando, pero a ellos se les han unido otros, como saxofones, clarinetes, trombones, flautas, timbales, barítonos, congas y hasta güiros.
Y es que las marchas tradicionales fueron haciéndose a un lado para darle paso a ritmos más modernos y tropicales, como cumbia, merengue y salsa. Es así como actualmente la mayoría de bandas de paz de El Salvador interpretan canciones de corte popular y con sonidos más cadenciosos. A esos conjuntos se les ha dado el nombre de “bandas de música latina”.
Pero no solo las bandas musicales han evolucionado; también lo han hecho las cachiporristas. Esa transformación es evidente tanto en su estilo de bailar como en su vestimenta. Atrás han quedado los quepis, los vestidos con botones dorados y cadenas al frente, las capas de satín y las botas con borlas de lana. Ahora sus atuendos son más estilizados y con diseños muy variados.
Una de las bandas latinas de mayor notoriedad en El Salvador es la del Instituto Nacional de Berlín (INB), Usulután, la cual ha destacado tanto a nivel nacional como internacional.
Dicha orquesta no solo está conformada por estudiantes de la institución, sino también por algunos alumnos de otros centros escolares de la localidad, que han participado en las clases de música impartidas en dicho instituto.
La popularidad de la que goza esta banda es fruto del esfuerzo, la pasión y del empeño que los jóvenes músicos, cachiporristas y los instructores ponen en cada una de sus presentaciones.
Esas exhibiciones artísticas las realizan durante todo el año en diferentes eventos en distintas poblaciones del país.
Para lograr un excelente desempeño, los jóvenes ensayan de lunes a viernes por las tardes.
“El repertorio incluye aproximadamente 15 melodías, entre ellas “El barreño”, una canción folclórica de El Salvador. Somos una banda que se caracteriza por participar en la mayoría de competencias de El Salvador”, afirma Otoniel Méndez, director musical.
Tanta calidad en este grupo artístico ha tenido muchas recompensas, muestra de ello son los dos premios que recientemente obtuvo en el pasado “Festival Viva El Salvador por Siempre 2019”, que se llevó a cabo en San Salvador. Tanto la banda como las cachiporristas se agenciaron el primer lugar en sus respectivas categorías.
“Es un orgullo pertenecer a esta banda latina, la cual es considerada una de las mejores de El Salvador”, refiere José Lozano, uno de los integrantes.
Reinas de la batuta
Mención especial merece el grupo de cachiporristas del INB, conformado por 16 señoritas. Ellas destacan por su peculiar forma de ejecutar sus coreografías, su sincronización, su belleza y su indiscutible gracia natural. Lo que también llama mucho la atención en estas jóvenes es el constante cambio de pasos durante sus bailes y el uso de accesorios (como sombrillas y sombrillas) con los cuales hacen más atractivo su espectáculo.
“Las chicas cambian de paso cada cuatro tiempos, para que la coreografía no se vea tan repetitiva. El semblante sonriente es obligatorio en ellas; durante los ensayos les recalco que deben sonreír todo el tiempo. Eso gusta mucho al público”, comenta María Elena Rodas de Bonilla, instructora de cachiporristas.
Harán sonar el nombre de El Salvador
Seis cachiporristas y 32 músicos de la Banda Musical del INB también pertenecen a la “Banda de Paz El Salvador Grande como su Gente”, la cual representará al país en la denominada “Fiesta DC”, que llevará a cabo en Washington, Estados Unidos, el 21 y 22 de este mes. En dicho evento desfilaran bandas de varios países latinoamericanos.
“Espero que todo nos salga bien. Me siento feliz y orgullosa de representar a El Salvador”, expresa Wendy Elizabeth Callejas, una de las seis cachiporristas berlinenses integrantes de la gran banda conformada por 250 estudiantes de todo el país.
Al regresar de la capital estadounidense, los jóvenes músicos y bailarinas tendrán que seguir ensayando, ya que el próximo año viajarán de nuevo a ese país norteamericano para participar en el tradicional Desfile de las Rosas, que tendrá lugar el 1 de enero en Pasadena, California.