Ronald Blandón, un joven de 28 años, es el fundador del movimiento ecologista Extinción El Salvador. Desde hace tres años trabaja para denunciar los principales problemas ambientales del país, tratar de hacer conciencia en niños, jóvenes y adultos de la importancia de preservar y proteger los recursos naturales de El Salvador.
Blandón se graduó de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad José Matías Delgado (UJMD) y tiene una especialización en diseño multimedia y documental. Sin embargo, el interés por los problemas ambientales y búsqueda de soluciones lo ha llevado a especializarse en otras ramas como la geología, biología, geografía y oceanografía.
Además de la producción de documentales, también imparte charlas sobre educación ambiental en centros escolares y capacitaciones a docentes e instituciones. También está involucrado en investigaciones científicas sobre impactos ambientales en recursos naturales, flora y fauna.
El primer proyecto que llevó a cabo fue Extinción El Salvador, un documental de 20 minutos que abordaba los problemas ambientales del país. Este reportaje ganó el Premio Ícaro como “Mejor corto documental” en 2016 y estaba enfocado en la denuncia de la contaminación de agua, playas, deforestación, contaminación por agroquímicos y los efectos que tiene en los cultivos y la persona. Además de abordar temas de maltrato a la vida silvestre.
Ronald considera que en la actualidad existe una crisis ambiental a nivel global y El Salvador no es la excepción en cuanto a causar daños en los ecosistemas y sufrir las consecuencias.
“En El Salvador estamos al límite con nuestro recursos naturales, solo tenemos un 2 % de reserva natural. El país tiene casi el 40 % de bosques, pero al revisar solo aparece un 2 % que están como reserva porque lo demás equivale a zonas que se han reforestado, son escasos bosques primarios en El Salvador”, explicó.
Para él, la sobrepoblación que existe en este pulgarcito de América es una de las causas principales de los problemas de contaminación. Sin embargo, asegura que lo importante es educar a la sociedad, concientizar a las personas, industria y comercio sobre los daños y contaminación que se está causando en los ecosistemas terrestres y acuáticos.
“Ahora debe de ser como una obligación, si nosotros no atacamos esto de raíz el problema va a continuar. No nos podemos quedar con simples cucharaditas de medicina para un problema que es bien cultural”, señaló.
Su propósito, desde Extinción El Salvador, es motivar a la población, comunidad educativa, al Gobierno, empresa privada e industria a sumarse por salvaguardar los recursos naturales del país porque la educación ambiental debe de ser prioridad en la actualidad.
Para Ronald, es necesario trabajar en el rescate de los recursos naturales y evitar la degradación del país pero es de suma importancia que “vayamos todos de la mano, trabajar con lo poco que tenemos y regenerar el país”, porque los esfuerzos aislados no tienen el impacto que podrían llegar a tener si todos los sectores trabajaran en conjunto.
¿Cómo motivas a la población?
Extinción El Salvador cuenta con 25 embajadores, además de personas que ocasionalmente se suman a actividades como campañas de limpieza. Uno de los proyectos que Extinción El Salvador está trabajando en la actualidad es un taller para jóvenes sobre basura marina, éste se lleva a cabo en la playa Chiquirín, La Unión.
Ronald hace uso de los recursos multimedia para denunciar y mostrar los problemas ambientales que tiene El Salvador. En el canal de YouTube de Extinción El Salvador se pueden encontrar los diferentes documentales que ha realizado.
Los dos más recientes son Extinción Coatepeque, que ha tenido un impacto a nivel nacional e internacional y aborda los problemas de contaminación que tiene el lago; y Raigambre Teaser que muestra un resumen de por qué es necesario prestar atención a los recursos naturales del país.
También, a través de sus redes sociales personales, de los perfiles de Extinción El Salvador y Extinción Coatepeque ha logrado llegar a la población, exponer las principales problemáticas de contaminación e incluso descubrir otros, ya que muchas personas escriben para denunciar.
Sin embargo, para este joven salvadoreño el camino no está resuelto y tampoco es “color de rosa” porque a lo largo de estos tres años ha tenido que enfrentarse a varias dificultades. Uno de los principales obstáculos son los recursos económicos porque todos los proyectos han sido ejecutados con capital propio.
También, en más de alguna ocasión ha recibido amenazas por la denuncia de problemas de contaminación, deforestación e incluso en varias ocasiones le han prohibido el acceso a lugares que están siendo destruidos. No obstante, asegura que su trabajo es gratificante y su objetivo es impulsar un cambio para que las nuevas generaciones tengan un mejor futuro.
“Nosotros estamos aquí en el mundo por alguna razón. Nosotros demandamos de nuestra madre Tierra recursos y no es justo que solo vengamos y le quitemos. Es importante dejarle algo, siempre he pensado que estamos aquí por una razón y esa es ayudarle a la madre Tierra a subsistir y a florecer. Tenemos habilidades que hemos adquirido en el paso del tiempo y siempre es importante poner las nuestras a disposición del planeta para ayudar a contrarrestar el impacto que estamos causando. Estamos acá en el planeta por una misión y no solo venir a subsistir, sino dejar algo que le beneficie”, concluyó el joven.
