Los sábados y domingos por la mañana se disfruta del mejor refresco de horchata en el parque central de la ciudad de Intipucá, en La Unión, servido en huacal de jícaro o en bolsa. Y la prepara Zulma Yanira Alvarenga, de 42 años.
Esta mujer inició con su venta del refresco hace cinco años. Lo ofrece en el parque, logrando conquistar el paladar de los residentes y algunos visitantes. La bebida es preparada con semillas de morro, arroz y ajonjolí.
Pero ahora, ha logrado fabricar el polvo de este tradicional refresco, el que incluso comenzó a exportar a Estados Unidos donde es muy apetecido por compatriotas.
Alvarenga logró innovar con el pequeño negocio de creación del polvo de horchata, a través de un proyecto de emprendimiento con el apoyo en capital semilla y asistencia técnica del Centro de Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa (CDMYPE).
Además, prepara alguashte, que es un polvo elaborado de semilla molida de ayote y condimentos que es usado para preparar una variedad de gastronomía, además de crear harina para atoles.
Contó con el financiamiento de 6,500 dólares para la compra de las herramientas como un molino, pulverizador de acero inoxidable, plancha industrial, y viñetas para marcar el producto que procesa.
Alvarenga dice que sus ingresos han mejorado, porque pasó de vender la horchata en líquido a procesarla en polvo y complacer a sus clientes que también residen en el exterior. “Muchas personas me compran la horchata en polvo para enviarla a sus familiares residentes en Los Estados Unidos”, dijo.
“Los técnicos de CDMYPE nos capacitaron para tener mejor orientación de cómo puede crecer el negocio, ejemplo de ello es que ya cuento con viñetas con el nombre de mi negocio”, agregó Alvarenga.
La libra de harina de horchata cuesta 3 dólares, y 4 dólares la libra de alguashte.
Algunos de sus clientes manifestaron que la mejor horchata se prepara en Intipucá, y la gente prefiere disfrutarla en huacales de morro o de jícaro.
