Había más frustración que motivos para celebrar. Aunque el equipo cumplió con el 3-0, las limitantes en el ataque generaron un gran malestar entre los aficionados salvadoreños, que esperaban una goleada sobre Santa Lucía, que no hizo un tiro a portería en todo el partido.
La satisfacción de la Selecta es que inicia la competencia con una victoria, que los coloca en el primer lugar del grupo 2, en la Liga de Naciones B de Concacaf.
Carlos De los Cobos dibujó un 4-3-2-1, donde la novedad fue Marlon Trejo, por la banda derecha, en los defensores. En el medio, en las bandas estuvieron Cerén y Portillo. En el medio, Orellana hizo solo la contención y Monterroza y Mayén, la doble creación. Pero no jugaron a la par, sino uno delante del otro, lo que dejó un vacío que poco alimentó a Fito Zelaya, quien volvía al equipo nacional tras dos años.
Los primeros diez minutos fueron de una gran explosividad ofensiva de los salvadoreños, que inició con un tiro libre que cobró Fito, con colocación, pero que pegó en la barrera y salió desviado (4’).
La afición, quien tenía un buen ambiente desde antes del partido, aprobó el intento del delantero, quien había sido ovacionado durante la presentación de la alineación.
Respaldada por las gradas y aprovechando el nerviosismo con el que iniciaron los caribeños, la Selecta mantuvo la presión y en la siguiente ocasión de peligro abrió el marcador con un remate de Narciso Orellana, desde fuera del área, que sorprendió al portero Barclett, quien no pudo reaccionar ante el disparo que pegó en el larguero y entró (7’).
La Selección estaba complaciendo al público, que se ilusionó con ver más goles en el primer tiempo. Sin embargo, la realidad fue otra: poca profundidad de juego, muchas imprecisiones en el traslado de la pelota y pocas ocasiones claras a gol.
Para tranquilidad de los salvadoreños, la poca técnica de los jugadores de Santa Lucía no generaba problemas defensivos. Las pocas ocasiones que tuvieron los visitantes fueron más mérito de los errores atrás de la Selecta, que por lo que ellos podrían ofrecer.
Los caribeños cerraron espacios atrás, retrocedieron y complicaron la idea de los cuscatlecos, que, para abrir espacios, tocaban hacia a atrás y eso desesperaba en las gradas, quienes del apoyo pasaron a los abucheos y silbidos. Después, insultos.
Dos centros por la derecha, que supo cortar el portero Barclett y una tijera de Zelaya, que se fue sobre la portería, fue todo lo que pudo hacer la selección. Por ello el equipo se fue despedido de la peor manera por la afición, mientras los jugadores se iban a los camerinos cabizbajos.
Pero a pesar del descontento, había confianza en que el equipo mejoraría en el complemento. Se hablaba de cambios en el ataque y De los Cobos respondió con la salida de Gerson Mayén, por Darwin Cerén.
En el equipo no se notó una gran mejoría, porque ahora el partido se veía más parejo y los caribeños más atrevidos, a pesar de sus deficiencias. Su mayor arma seguía siendo la velocidad, que algo inquietó.