Este producto, que tiene gran importancia en la gastronomía mundial, es el resultado de combinar vinagre o vino, especias u otro ingrediente aromático y semillas de la planta de mostaza molidas.
De acuerdo con el portal seriouseats.com, existen tres tipo de simientes, que son la base de la mostaza: las amarillas (también llamadas blancas) que son las más suaves, y las marrones y las negras, mucho más fuertes y picantes.
El uso de este condimento viene desde la antigüedad. Según el portal realsimple.com, los cocineros romanos molían las semillas con jugo de uva (conocido como mosto), resultando una pasta picante conocida como mustum ardens, que luego se acortó a “mostaza”.
En el mundo existen muchas variedades, pero hoy te invitamos a conocer y utilizar algunas de las más populares.
Amarilla
Es tradicional de América. Se prepara a base de semilla amarilla, vinagre, agua y sal, por lo que su sabor es suave. El tono dorado intenso se lo otorga la cúrcuma que también se emplea en su elaboración. Pruébala como aderezo en hamburguesas, hot dogs, sándwiches o en guisos.
De Dijon
Es una mostaza francesa clásica que existe desde fines del siglo XIX. A menudo se hace con vino blanco y semillas de mostaza marrón y / o negra. Sus características principales son su sabor fuerte, su textura homogénea y su color amarillo pálido. Puedes utilizarla en vinagretas y marinados, con pollo, cerdo, pescado o incluso unas deliciosas costillas.
Marrón picante
El molido de las semillas es un poco más grueso que el amarillo o Dijon, y a menudo es combinada con especias como canela, nuez moscada y jengibre o incluso con rábano. Estas mostazas, explica el sitio realsimple.com, tienen un perfil de sabor muy complejo, picante y terroso que es favorecido por muchas tiendas de delicatessen. Combina bien con sándwiches de carne, mezclados con pastrami, rosbif y salchichas.
Miel
Como su nombre lo indica, es una combinación de mostaza y miel, y aunque está entre las variedades más suaves, conserva un leve picor.
Sin embargo, este es compensado con su dulzura, lo que la vuelve apta para que sea consumida por niños, en platillos de pollo empanizado o bien en alguna ensalada. No dudes en usarla en tus adobos, como ingrediente de salsas BBQ, con carnes blancas y carnes frías.
De grano entero
El portal sodelicious.com explica que en su elaboración se muelen las semillas marrones y negras apenas lo suficiente como para formar una pasta, pero una gran parte de ellas permanece enteras. Así es la más suave y la menos procesada de todas. Úsala en papas al horno, pescados y como aderezo para embutidos.
Vinagreta de Dijon
1 diente de ajo pequeño, finamente rallado.
2 cucharadas de vinagre de vino tinto.
2 cucharaditas de mostaza Dijon.
1/2 taza de aceite de oliva.
Sal y pimienta negra recién molida.
Procedimiento
En un tazón combina el ajo, el vinagre y la mostaza. Sin dejar de batir, poco a poco vierte el hasta que la mezcla emulsione. Condimenta con sal y pimienta.
Consejo: puedes preparar el aderezo con un par de días de anticipación. En ese tiempo los sabores se integrarán mejor y el resultado será un sabor espectacular.
Chuletas de cerdo balsámicas de mostaza con romero
Ingredientes:
6 chuletas de cerdo.
Marinado:
1/4 taza de aceite de oliva.
2 cucharadas de mostaza granulada que usé mostaza integral Dijon.
1/4 taza de vinagre balsámico.
1 cucharada de romero fresco picado grueso, o 1 cucharadita seca.
sal y pimienta al gusto.
Procedimiento
Agrega los ingredientes del marinado en un tazón y bate hasta que la mezcla comience a emulsionarse.
Coloca las chuletas en un refractario o en el molde donde vayas a hornearlas, y vierte sobre estas el marinado hasta que se cubran bien. Cierra el recipiente con plástico de cocina y deja reposar en refrigeración durante una hora o si lo prefieres prepáralas la noche anterior y déjalas toda la noche.
Precalienta el horno a 425 ºF, retire la envoltura de plástico del recipiente y hornea entre 20 y 30 minutos o hasta que estén listas.
Acompaña con papas baby doradas.