Apicultores reciben capacitación en el negocio de la miel

Fueron capacitados para aprender a incrementar la producción de miel, pero también para elaborar otros productos a base de esta. Los beneficiados residen en la zona rural del municipio de Atiquizaya, en Ahuachapán.

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Debido a esto 1,200 apicultores están perdiendo gran parte de sus producciones debido a ello. Foto EDH/ Noé López

Por Cristian Díaz

2019-08-25 12:10:06

La falta de empleo en la caficultura y de oportunidades laborales en otros rubros, llevó a Óscar Armando Rodríguez Rojas a incursionar en la apicultura hace dos años, a pesar de que tenía pocos conocimientos en el rubro.

Comenzó con apenas una colmena, pero a los pocos meses llegó a tener 17, lo que le permitía obtener una producción de medio barril cada año, lo que equivale a 6 cántaros.

Sabía que eso no era suficiente porque la mayoría era consumida por su familia; otra parte la usaba para alimentar a sus abejas y sólo una pequeña porción comercializaba con sus vecinos, a quienes vendía a $3.50 la botella.

Sus cono cimientos limitados sobre el tema no le permitía diversificarse y encontrar los mecanismos para hacer de ese rubro un negocio sostenible.

Sin embargo, la situación para Rodríguez, originario del caserío Los Polancos, cantón La Esperanza, de Atiquizaya, en Ahuachapán, ha cambiado en los últimos meses, ya que junto a otros 19 apicultores recibieron una capacitación por parte de la alcaldía de Atiquizaya, el Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (Insaforp), Swisscontact y la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano, a través del programa de competitividad económica que es impulsado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).

El facilitador y miembro de la Escuela Zamorano, Antonio Vásquez, expresó que el curso duró 120 horas y permitió fortalecer los conocimientos básicos que los apicultores ya tenían; además, sobre manejo de apiarios, contar con registros, enumerar las colmenas y realizar costos para establecer cuánto invierten en la producción de una botella de miel para ofrecerlas al mercado.

“Además de aumentar la producción ellos también tendrá mejora económica familiar por los múltiples ingresos que van a tener porque ya no van a vender solo miel sino que también los subproductos como polen, propóleo, jalea real e, incluso, módulos de abejas. Para aumentar la producción les he sugerido que tienen que mejorar las condiciones arbóreas de la zona, que sea nectarífera y polinífera, porque si siguen talando árboles no van a obtener la producción que esperan. Tienen que hacer planes de reforestación”, dijo Vásquez.

Rodríguez señaló que ya está teniendo resultados al implementar lo aprendido, pues actualmente obtiene un barril de miel por cada 20 colmenas. Además, pasó de tener 17 colmenas a 35, ya que también adquirió conocimientos de cómo hacer nuevas.

“Gracias a las buenas prácticas hemos aumentado clientes porque hoy la presentación que lleva nuestra miel es diferente, no es como antes. Lo voy a decir, no me da pena, como no sabía, mi miel la empacaba en botellas usadas de (refrescos carbonatados); pero la miel tiene que llevar un proceso porque nos sirve para nuestra salud”, explicó el atiquizayense.

Eso también les ha permitido mejorar el precio para obtener ingresos económicos, pues cada botella la darán a $5 para cubrir costos de producción, que implica tener prácticas adecuadas para su extracción, comercialización y manejo, entre otros aspectos.

Los apicultores no sólo aprendieron a aumentar la cantidad de miel que obtienen de sus colmenas, sino que también han logrado diversificarse porque están haciendo otros productos a base de ésta.

Por ejemplo, Rosy de Escobar, junto a su familia, comercializa la denominada “miel cremada”, que consiste en la cristalización del producto, al que se le puede agregar jengibre, cardamomo y canela.

“Es deliciosa como para poderla poner en pan, crepas, pancakes o simplemente (tomar) una cucharada y saborearla. Definitivamente es un producto de excelente calidad, 100% miel, ha sido cristalizada en su forma natural”, explicó la mujer, que cuenta con 25 colmenas.

Los 20 apicultores, quienes recientemente recibieron su diploma de participación en el curso, cuentan con al menos 400 colmenas, ubicadas en diferentes comunidades como La Esperanza, El Tortuguero, El Chayal, Santa Rita, y Rincón Grande.