¿Cuánto es lo “normal”? ¿Cinco veces a la semana? ¿Dos veces? ¿Una? Muchas personas se hacen estas preguntas respecto al número de relaciones sexuales que las parejas deben tener durante la semana. En este sentido, no existe un dato concreto sobre la cantidad y la frecuencia de contactos íntimos necesarios para tener una vida plena.
La mayoría de sexólogos afirma que cada pareja debe determinar la frecuencia de intimidad de acuerdo a diferentes factores, entre ellas la edad, su estilo de vida, la calidad de la relación en la que se encuentran y, por supuesto, al libido, es decir al deseo de placer sexual.
Y es que el nivel de ese deseo cambia en cada persona, y puede significar querer tener sexo todos los días, o tan solo uno, o ninguno. Y todo será normal.
El doctor Harry Fisch, urólogo del Hospital Presbiteriano de Nueva York, considera -según sus investigaciones- que una pareja promedio a los 20 años tiene relaciones de una a tres veces por semana, mientras que entre los 30 y 50 años de edad la cantidad se reduce a dos veces. Ya llegando a los 50 se tiene sexo una o ninguna vez a la semana.
Por otra parte, una investigación realizada por el Instituto Kinsey de Sexología, de Argentina, concluyó que entre los 18 y 29 años se tienen relaciones unas 112 veces al año (2,14 veces por semana), entre los 30 y los 39 un promedio de 86 veces (1,65 veces por semana) y entre los 40 y 49 unas 69 veces al año (1,32 veces por semana).
Sin embargo un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Florida y la Universidad de California, de Estados Unidos fue más determinante: concluyó que tener sexo cada dos días constituye una clave para la unión y el bienestar de la pareja.
¿Por qué cada dos días? Los investigadores analizaron dos estudios previos que involucraban datos de 214 parejas de recién casados, y comprobaron que “la satisfacción sexual se mantiene en niveles elevados hasta unas 48 horas después de haber tenido relaciones”.
Para referirse a esa duradera satisfacción posterior, los científicos utilizan la palabra afterglow, que es el resplandor que puede todavía verse en el cielo después de la puesta de sol. Tener sexo cada dos días, entonces, impide que ese resplandor sexual se apague.
La investigación, publicada en la revista especializada Psychological Science, constató también que, entre cuatro y seis meses después, las parejas que en promedio tuvieron sexo cuatro días a la semana sentían una mayor satisfacción y bienestar en la relación que las que no habían alcanzado esa cantidad.
Según la doctora Andrea Meltzer, investigadora que lideró el estudio, “las personas con mayor persistencia sexual, es decir, las que mostraron un nivel más alto de satisfacción 48 horas después del sexo, tienen mayores niveles de satisfacción en su pareja varios meses después”.
En realidad no hay una frecuencia sexual mejor que otra, se puede vivir juntos por muchos años con cualquier frecuencia sexual, ya sea una vez al día o una vez al vez, eso sí, siempre y cuando la pareja esté cómoda con esa frecuencia.
El problema puede ocurrir cuando los miembros de la pareja tienen frecuencias sexuales diferente, es decir, diferencias de libido. En esos casos puede aparecer frustración, por una parte, y culpabilidad, por otra.
Si sucede eso, lo más importante es mantener la comunicación en la pareja, negociar y saber encontrar un punto intermedio. En pareja, la comunicación es imprescindible, hablar, conocer las necesidades y los deseos del otro es fundamental para poder tener una relación sana.