Brasil es el país con más habitantes que profesan una religión espiritista y casi la mitad de ellos practican el kardecismo, una doctrina que este 2019 conmemora los 150 años de la muerte de su fundador, el francés Allan Kardec (1804-1869).
Según el estudio Religion World Database de la Universidad de Boston (Estados Unidos), más de 9,9 millones de personas practicaban una creencia espiritista en Brasil en 2015, desde la afrobrasileña candomble hasta el kardecismo francés.
Se calcula que más de 3,8 millones de brasileños practican esta última doctrina que toma el nombre de su fundador, Allan Kardec, y predica ideas como la reencarnación del alma en otro cuerpo tras la muerte, la cura de enfermedades con cirugía espiritual o la comunicación con el más allá.
La casa “Bom Caminho”, ubicada en el oeste de Sao Paulo, es un centro kardecista que celebra cada dos meses una sesión de psicografía (escritura bajo la influencia de espíritus) con la que familiares buscan comunicarse con un ser querido a través de médiums.
Maria Gorette, de 58 años, fue una de las fieles que solicitó tener esta conexión para recibir noticias de su madre, fallecida hace 35 años.
“El mensaje que recibí hoy es que ella se encuentra reencarnada” expresa Maria a Efe tras la sesión, mientras aprieta la carta contra su pecho, con la voz temblorosa y los ojos inundados en lágrimas.
La reencarnación es la creencia de que un espíritu, después de abandonar un cuerpo (“desencarne”), se puede personificar en otro para vivir una nueva vida y así sucesivamente.
Pero entre un paso y otro existe una fase llamada “erraticidad”, que normalmente dura entre 50 y 60 años, periodo en que el espíritu se prepara para su nueva vida y durante el cual puede entrar en contacto con el mundo terrenal mediante prácticas como la psicografía.
Estas son algunas de las ideas de la doctrina kardecista, religión que nació en Francia en 1857 y toma el nombre de Kardec, que era el pseudónimo de Hippolyte Léon Denizard Rivail, aclaró el investigador en Ciencias Sociales de la Universidad de Sao Paulo Sebastiao Antunes.
El líder espiritual, que nunca visitó Brasil y cuyos restos reposan en el cementerio Père-Lachaise de París, se escondió en un pseudónimo porque temía ser perseguido, expuso.
Siguiendo una exhaustiva metodología científica, Kardec escribió “El Libro de los Espíritus” en 1857 y “El Evangelio según el Espiritismo” en 1864, obras que sentarían las bases de la religión en Francia y se ganarían la persecución de la Iglesia católica en Europa.
El kardecismo desembarcó en Brasil en 1865 de la mano de la elite cultural formada por hijos de burgueses europeos y hoy es en este país donde la doctrina tiene su mayor comunidad de adeptos.
Según Sebastiao Antunes, la influencia de religiones afrobrasileñas que llegaron a Brasil con los esclavos como el canbomble o la umbanda supuso el caldo de cultivo para que los brasileños abrazaran la religión de Kardec, también espiritista.
En el gigante sutamericano, el mayor referente del kardecismo fue Chico Xavier, un médium que hasta su muerte en 2002 psicografió más de 400 libros y consolidó la fe entre los adeptos brasileños con su popularidad.
Tanto es así que en 2014 los medios locales se hicieron eco de lo ocurrido en un juicio por asesinato celebrado en el municipio de donde es originario Chico Xavier en Minas Gerais (sureste), en el que la defensa del acusado consiguió convencer al jurado popular de absolver al sospechoso usando una carta psicografiada de la víctima.
Mario de Souza, de 65 años, es psicólogo, médium y el fundador y presidente de la casa espiritista “Bom Caminho” desde hace 20 años, cuando el espíritu de un médico se le apareció durante una fiesta en su casa y le reveló que tenía “la energía para curar”, según relata él mismo a Efe.
Hoy, el centro, ubicado entre varias favelas, trata a unas 6.700 personas al año de diversas dolencias a través de 220 médiums que actúan guiados por los espíritus de un equipo de médicos liderado por Bezerra de Menezes, galeno brasileño fallecido en 1900 que también se convirtió en gran exponente del espiritismo en el país.
Para los casos más graves como el cáncer u otros “problemas instalados en el cuerpo físico”, en palabras de Souza, la casa practica cirugías espirituales a través de la imposición de manos.
“No usamos ningún instrumento perforante”, ilustra el médium, que asegura que su equipo ha curado a “muchas personas” de cáncer, epilepsia y otras enfermedades crónicas con esta técnica.
En 2019 se cumplen 162 años de la creación de la doctrina espiritista y 150 desde la muerte de Kardec, una fecha “muy importante” para sus seguidores, según comenta Mario de Souza. Películas y libros evocan en Brasil el impacto de esta figura decimonónica.
“Él hizo posible que hoy sepamos que existe la continuidad de la vida, la reencarnación, de dónde venimos, lo que estamos haciendo aquí, y cuál es nuestro papel: estamos en la tierra de paso”, declara Souza.