San Salvador fue un lugar lleno de hermosas construcciones con detalles arquitectónicos de influencia europea, eclécticos; también, con arquitectura modernista visible en edificios públicos como hospitales, teatros y del aparataje de la administración pública.
Esta tendencia en la construcción se plasmó en residencias privadas, edificaciones comerciales, bancos, iglesias, escuelas, como parte del desarrollo económico, político, social y cultural de esa época.
Pedro Escalante Arce, historiador y miembro de la Academia Salvadoreña de la Historia, cuenta que en los años de 1950 existían muchos comercios que se dedicaban a la confección de ropa, entre estos sastrerías, costureras y sederías, donde vendían listones e hilos; ya que la vestimenta se hacía a la medida; no se observaban almacenes como ahora donde se pudieran comprar prendas ya hechas. Lo mismo sucedía con el calzado, era mandado a hacer donde los zapateros, de ahí la importancia de los oficios.
“Recuerdo que estaba pequeño, pero siempre observaba que las mujeres acostumbraban a colocarse, para cubrir su cabeza, una tela fina de color negro, quizás para evitar el sol”, comenta el historiador.
Un detalle que recuerda con mucho interés, y que lo impresionó en su niñez al regreso de su estancia en París con su familia, pues su padre fue embajador de El Salvador en Francia, fue el observar que algunas personas no utilizaban zapatos, andaban por las calles de San Salvador descalzas, y otras con caites.
“Los hombres utilizaban caites, hechos de cuero curado y las mujeres usaban sandalias, pero habían personas que andaban descalzas”, explica.
El Club Internacional era otro de los lugares de entretenimiento y conversación para los residentes de la capital.
El Mercado
Uno de los lugares más populares de antaño fue el Mercado Público o Central, que fue inaugurado en 1885, y se incendió en 1961. Estaba ubicado donde ahora están por construir el mercado Hula Hula, y cercano a él se encontraba el edificio del Palacio de Telecomunicaciones o Telégrafo, edificación que sigue actualmente funcionando.
A un costado del mercado se encontraban los negocios de los comerciantes chinos, quienes vendían sedas finas además de productos para el hogar, principalmente chales, capas, velos, pañuelos y telas finas, importados de China y Japón; y al otro lado los negocios de los originarios de Palestina.
Entre los comercios destacados está la Casa Ambrogi, una construcción hacia arriba, hecha de madera, donde en la base se encontraba el negocio de ese nombre, y en las plantas superiores eran lugares de residencia, como apartamentos.
A finales de los siglos XIX e inicios del siglo XX, muchas construcciones eran de madera con detalles en hierro forjado.
Escalante Arce explica que hubo incendios que consumieron las edificaciones, como el caso del mercado central, la catedral, la universidad y otras construcciones, en algunos casos debido a que los cables de electricidad se encontraban vistos, y no dentro de un ducto, como se colocan hoy en día. En esa época las altas temperaturas, una chispa de cocina o un corto circuito desencadenaba los siniestros.
El Rosales
El hospital Rosales fue uno de los primeros nosocomios construidos en la capital, la primera piedra fue colocada en 1891, tres días después del fallecimiento de José Rosales, originario de Chalatenango, quien financió la construcción.
Al centro del hospital se encuentra la estatua del benefactor que fue fundida en bronce, y abajo de esta se encontraban dos figuras que representaban a la Miseria y la Caridad, las cuales fueron retiradas en 1986. La construcción fue hecha de lámina troquelada y hierro.
Otro lugar destacado de San Salvador fue el Casino, que fue erigido en tres ocasiones. El primero fue construido en 1876. Y en 1889 se fundó la Sociedad Casino Salvadoreño, un lugar donde Escalante Arce cuenta que solo podían asistir las familias pudientes de la ciudad, un lugar para el entretenimiento de los capitalinos de alcurnia.
El casino contaba con biblioteca, salones de lectura, mesas de juego para dominó, billares, una barbería, bar, salones de baile, lugar de juego de boliche, piscina, cancha de squash, mesas de ping pong y restaurante.
El casino cerró sus puertas en 1957 y fue ocupado por el Banco de Crédito Popular, que fue destruido en el terremoto de 1986.
Algunas de las construcciones emblemáticas de las décadas de 1920 y 1930, eran dadas a concurso, para que luego de tener el diseño arquitectónico ganador, el Ministerio de Fomento llevara a cabo la obra de ingeniería civil, así sucedió con la construcción de los Palacios de la Policía y de Telecomunicaciones.
El Portal de Occidente, frente al parque Libertad, alberga actualmente varios comercios.