En esta temporada del año los salvadoreños se deleitan con una gran variedad de productos derivados del elote (mazorca de maíz con los granos que aún guardan la humedad natural).
Atol, riguas, tortitas, tamales y los deliciosos elotes locos son algunas de las delicias elaboradas con este cereal originario de América, el cual era conocido por los indios tahinos del Caribe con el nombre de mahís, que significa literalmente “lo que sustenta la vida”.
La versatilidad del maíz va más allá de esos platillos típicos propios de esta época; en su fase de granos secos se consumen en forma de harina, como hojuelas y palomitas.

Cabe destacar que el maíz es la base de alimentación de varios países de la región. Con él se elaboran tortillas, pastelitos y, por supuesto, las ricas pupusas.
“El maíz es muy energético y nutritivo debido a los hidratos de carbono y a las proteínas que proporciona. Científicamente está comprobado que influye positivamente en el estado de ánimo de las personas, favorece la concentración, la memoria y el sueño gracias a sus excelentes aportes de vitamina B1, B3 y ácido fólico”, refiere la nutricionista Marisela Huezo.

Según la especialista, el maíz tierno, al contener mucha agua, brinda menos calorías que el maíz seco; además, aporta solo un 16% de carbohidratos frente al 67% de los granos deshidratados.
Los granos de elote son ricos en vitamina C; una ración de 100 gramos aporta solo un 3% de proteínas, frente al 9% del grano seco. También es rico en vitamina A y proporciona la antioxidante vitamina E.

En cuanto a los minerales, proporciona abundante fósforo, magnesio y cinc, así como algo de hierro y manganeso.
El maíz es una buena fuente de fibra de ambos tipos, soluble e insoluble por lo que se aconseja su consumo en caso de estreñimiento y niveles elevados de colesterol y triglicéridos en la sangre.
