Esta es una de las casas construidas en la isla por encargo de isleños que residen en Estados Unidos. Foto EDH/ Insy Mendoza
Los mismos isleños dicen que quien se aventura a irse, en la actualidad, es con la mentalidad de que en poco tiempo hará mucho dinero, mandará a construir una casa y se comprará una lancha con todos los equipos de pesca.
Entre mayo y junio pasado migraron dos grupos de isleños. En el primero iban 40 personas y en el otro 15.
El primer grupo está en manos de las autoridades de Migración en espera de conseguir un asilo en Estados Unidos. El segundo grupo fue deportado.
Entre el 1 de enero y el 8 de mayo de este año hubo 4,122 salvadoreños retornados, de acuerdo con datos de Migración y Extranjería. El año pasado, en el mismo lapso, fueron 3,483.
Gerson Ulloa, de 28 años, su esposa, de 22 años, y su hija de tres años, fueron parte del grupo de 15 que se unió a la caravana de migrantes, en mayo. La travesía de la familia duró tres días y terminó en Veracruz ,México, en donde fueron detenidos en un retén en la carretera y deportados a El Salvador.
Gerson, hijo del pastor Reynaldo, se dedica al trabajo en la construcción y es concejal de la alcaldía; pero eso le resulta insuficiente para poder construir una casa.
“Me arriesgué a irme con mi familia, pero por el momento no tengo planes de hacer otro intento. Me conformaré con el poco trabajo que sale en la construcción”, dice el isleño.
En la iglesia que dirige el pastor Ulloa hubo 34 integrantes que decidieron migrar este año. Ellos se dedicaban al comercio de mariscos o trabajo doméstico. Algunos de los que migraron se fueron para reunirse con sus padres.
“Mi hijo, su esposa y mi nieta, de 3 años, decidieron aventurarse en ese viaje. Tuve que endeudarme con $6,000 para pagarle al coyote, pero no lograron pasar, se regresaron”, comenta Ulloa.
En el centro escolar cantón El Salvador hay ocho alumnos que desertaron, este año, porque migraron. Los estudiantes eran desde párvulos hasta estudiantes de sexto grado, explica la directora Helen Avilés.
“Con el poco trabajo que hay en la isla no alcanza, lo poquito que se gana sólo ajusta para comer y eso está desesperando a la población”, manifiesta Avilés.
La situación en el complejo educativo de la isla Meanguera del Golfo es más grave, donde 26 alumnos desertaron. “Algunos niños viajaron con su papá, otros van reunirse con sus padres que ya residen en Estados Unidos, siempre hay deserción pero este año fue bastante”, explica Jimmy Avilés, director del centro escolar.
La escuela del cantón El Salvador ofrece estudios hasta el sexto grado. Quien desee continuar educándose debe viajar al centro de la isla para matricularse en el complejo educativo que ofrece estudios hasta bachillerato.
Pero en las comunidades más retiradas, como La Negra y La Periquera, la población generalmente cursa hasta sexto grado, porque seguir sus estudios les implicaría caminar más de una hora para llegar hasta el pueblo.
Meanguera del Golfo tiene potencial para desarrollar el turismo, pero carece de inversión que genere fuentes de trabajo. Foto EDH/ Insy Mendoza
En la isla Conchagüita los estudiantes sacan su bachillerato o estudios universitarios en las modalidades virtuales, porque de forma presencial les implica viajar al centro de la isla o a la ciudad de La Unión, para lo cual deben gastar en transporte.
La alcaldía de Meanguera tiene un programa de becas, con un beneficio de $50 mensuales, para que los estudiantes de bachillerato, que viven en los cantones El Salvador y Guerrero, puedan costear los gastos del traslado a los centros educativos.
Los jóvenes isleños se quejan de que no hay programas para capacitarlos, ni generar las condiciones para desarrollar el turismo, que sería uno de los rubros que les generaría ingresos.
El alcalde Dheming está convencido de que en la isla se puede apostar a desarrollar el turismo, pero se necesita del apoyo del Gobierno central y de inversionistas.
La isla Meanguera está a 40 minutos del puerto de La Unión, el cual fue construido entre 2005 y 2008, con la promesa de reactivar el oriente del país; sin embargo, esto sigue siendo una promesa.
Actualmente la municipalidad está mejorando las calles de acceso a las playas de El Corozal y El Majahual con la idea de generar las condiciones del turismo, que lleguen inversionistas a querer establecerse en el lugar; además generando trabajos temporales a los jóvenes.
De acuerdo con las autoridades municipales, durante la administración del ex presidente Mauricio Funes, el ministerio de Educación realizó un estudio en la isla determinando que el problema de los jóvenes era que le apostaban irse a Estados Unidos por no encontrar oportunidades en el municipio.
El departamento de La Unión, al cual pertenece Meanguera, tiene un índice de pobreza multidimensional de 42.8 %. Esto significa que de cada cien hogares, 43 están en el umbral de la pobreza, es decir que hay múltiples carencias.