Utilizar la basura

Es importante enseñar a la población a separar los desechos orgánicos de lo reciclable, explicando que se está desperdiciando una fuente de ingresos, ya que hay cantidades de productos que se pueden fabricar a partir de plástico reciclado

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Zuleika Soler se agenció la corona de Miss Universo El Salvador 2019. Foto: Instagram/@misses_el_salvador

Por Teresa Guevara de López

2019-07-21 4:20:16

Parece que los salvadoreños se han acostumbrado a vivir entre la basura, pues lo que los extranjeros perciben con horror en cuanto ponen sus pies en nuestro suelo, ante esos montones de basura acumulados por todos lados, los nacionales lo consideran parte del paisaje y contribuyen a aumentar los insalubres promontorios tirando envolturas de golosinas, cáscaras y semillas de fruta sin percatarse de que están cometiendo un crimen contra la salud, el medio ambiente y la estética del entorno.

Las playas públicas son blanco de la mala educación ciudadana: después de las vacaciones rebalsan de la porquería dejada por los miles de visitantes, pero también en las playas privadas, con ranchos de lujo, los cuidadores y sus patronos tiran a la playa depósitos plásticos de grandes dimensiones y hasta artefactos en desuso como microondas, sillas y juguetes para que el mar se los lleve.

En carreteras panorámicas como la del Litoral hay empresas que llevan a botar sus desechos, convirtiendo en botadero al aire libre uno de los paisajes más bellos de la costa. La Laguna Verde y la de las Ninfas en Apaneca presentan en su tranquila superficie la huella de la vulgaridad de sus groseros visitantes, en la forma de platos y vasos desechables y envoltorios de comida rápida.

De las ventanillas de buses y pick ups caen los restos de los alimentos ingeridos por los usuarios, como bolsas plásticas, semillas de mango y jocote y hasta cocos, todavía con la pajilla con se tomó el agua el honrado ciudadano, obedeciendo a un aleccionador rótulo que aconseja: “Sea ético, no ensucie este bus. Tire la basura por la ventana”. Y de igual manera se comportan los afortunados propietarios de vehículos de lujo, aunque su basura sea de mejor calidad.

Urge comenzar una intensa campaña de educación en escuelas, universidades y empresas, porque no es justo que después de cada vacación, las alcaldías y los sacrificados voluntarios tengan que limpiar playas, lagos y ríos y se deban pagar horas extra para recoger las toneladas de basura que quedan en los centros históricos.

Las organizaciones de servicio y las empresas podrían colaborar dotando las calles de depósitos de basura y la municipalidad anunciar los horarios de recolección para que los habitantes sepan cuando sacar la basura a la calle.
Es importante enseñar a la población a separar los desechos orgánicos de lo reciclable, explicando que se está desperdiciando una fuente de ingresos, ya que hay cantidades de productos que se pueden fabricar a partir de plástico reciclado. No solo casas de habitación y cercos y barreras, sino artículos tan sofisticados como válvulas para el corazón y pantalones tipo jeans.

La diputada Felisa Cristales debe estudiar más sobre el tema antes de presentar su propuesta de prohibir el plástico, cuya exportación supone $392 millones anuales.

En una entrevista en televisión, el alcalde de San Miguel explicó que en su municipio estableció la ordenanza de multar a quienes tiren basura en la vía pública, lo que ha generado una excelente respuesta de la población que contribuye tomando fotos con el celular a los que infringen la ordenanza.

Un camionero de otro municipio que descargó sus desechos en territorio migueleño fue multado y obligado a retirar la basura gracias a la fotografía de un ciudadano. Esta excelente iniciativa podría ponerse en práctica en el resto del territorio hasta lograr despertar vergüenza o miedo en los que se dedican a emporcar nuestro bello país. Todo es comenzar y tener la certeza de estar haciendo algo para lograr ese mejor El Salvador, que es el sueño de todos los buenos ciudadanos.

Maestra.