El Salvador perderá más del 35% del área de cultivo de café en 2050

b El Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias para El Salvador señala, además, la reducción de empleos en cafetales.

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Los estudios indican que los bosques cafetaleros ayudan a la mejor obtención de agua y por tanto a otros cultivos . Foto EDH/Archivo

Por Jessica Guzmán

2019-07-20 4:30:21

En 2050 El Salvador será el país más afectado en el cultivo del café a nivel mundial, según señala un estudio del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI).

De acuerdo con la investigación, el país perderá más del 35 % del área de cultivo de café adecuada debido al cambio climático.

“El Salvador experimenta el mayor choque de rendimiento del cambio climático de todos los países. Dado que el café es quizás el más importante cultivo de exportación para El Salvador, y dado que el clima podría disminuir significativamente la productividad, deberían tomarse medidas para controlar los rendimientos del café”, señala el estudio del IFPRI, publicado en abril pasado.

Otro dato impactante es que según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la drástica reducción en la producción de café ha tenido un gran impacto en las fincas cafetaleras (tanto en el número de empleos como en el número de horas trabajadas). El número de empleos ha disminuido desde 2011, de 130,000 a un estimado de 41,000 personas en 2017.

Si nos vamos 27 años atrás, en la cosecha de 1992/1993 el país fue considerado el cuarto mayor productor de café arábica en el mundo, con una producción de 4.3 millones de quintales. En la actualidad la cifra ha bajado considerablemente.

En el periodo 2017/ 2018 la cosecha llegó a 905,425 quintales de café, según las estadísticas del Consejo Salvadoreño del Café (CSC).

Esta baja en la producción no solo tiene que ver con que no se renovó a tiempo el parque cafetalero, sino a las afectaciones del cambio climático, y la reducción de las manzanas cultivadas, ya que en 2010 llegaban a 217,000 manzanas y en 2018 se registraron 140,000, es decir una reducción del 35 %.

Horacio Rodríguez, coordinador de Clima y Seguridad Alimentaria para América Latina del instituto The Nature Conservancy, dijo que toda Centroamérica es una de las regiones más vulnerables al cambio climático.

“En la lista de los 10 países más afectados por impactos del clima hacia el 2050 Honduras está en segundo lugar a nivel mundial, Nicaragua está entre el octavo o noveno lugar y si hablamos de cultivos, en El Salvador el café será el más afectado por el cambio climático, además de enfermedades o plagas como la roya”, detalló Rodríguez.

“Según cifras de la FAO cerca de 2.2 millones de productores en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua perdieron sus cosechas por eventos climáticos, principalmente sequía en 2018. Como resultado, en abril de 2019 dicha institución declaró que, de ese total de afectados, 1.4 millones de personas requieren ayuda alimentaria con urgencia”, publicó el 11 de julio el proyecto Centroamérica Resiliente (ResCA).

Además, el Banco Mundial calcula que entre 2020 y 2050 un promedio de 1.4 millones a 2.1 millones de centroamericanos migrarán por razones asociadas al clima y las principales expulsoras de migrantes serán las zonas rurales con mayor presencia de agricultura de temporal, especialmente las zonas de montaña, ante la caída esperada en la productividad y rentabilidad de los cultivos, según las ResCa.

El daño a los cafetales debe ser atendido de manera inmediata y conveniente. foto edh / archivo

Se ha advertido

El panorama no es nada alentador, sin embargo, ya organizaciones como la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) hizo público que una de las soluciones para minimizar todas estas afectaciones por el cambio climático es fortalecer los bosques cafetaleros.

“El cambio climático es un elemento vital a considerar en la preservación de los cafetales y captación de agua, las sequías provocadas por El Niño en los últimos años es otra amenaza para mantener la captación del agua potable para consumo de la población. El aumento de la temperatura y las disminuciones de las precipitaciones son factores que afectan el cultivo del café”, expuso el presidente de la Acafesal, Omar Flores.

Según los datos de la Asociación Cafetalera el bosque cafetero potencia la infiltración del agua en un 70 %, otro tipo de cultivo la infiltra un 24 % y un suelo sin cobertura vegetal solo un 6 %.

Rodríguez señala que todos estos datos son suficientes para tomar medidas urgentes para fortalecer el bosque cafetalero, en beneficio de suelos y por supuesto para la captación de agua.

“Es un tema muy complejo que requiere de soluciones complejas, por eso no se puede hablar de buenas prácticas solo en una finca, en una parcela, sino que tenemos que hablar a visión de paisaje, en la que se integre el Ministerio de Agricultura y el de Medio Ambiente y toda la cadena productiva”, señaló el experto.

En 2018 la sequía extrema golpeó duramente a todo el sector agrícola ya que hubo 40 días consecutivos sin lluvias. Foto EDH /Archivo

Expertos señalan que urge una visión de cambio en el país

Recientemente El Salvador participó en la quinta reunión regional del Desafío de Bonn, realizada en la Habana, Cuba, evento en el que la discusión principal se centró en “La restauración de paisajes como proceso de adaptación al cambio climático”.

En esa reunión los países participantes ratificaron el compromiso de restauración “uniéndose al esfuerzo mundial para afrontar la nueva realidad climática”, lo que asumieron “una oportunidad transformativa para enfocar de manera integrada la relación entre la degradación de ecosistemas, la desertificación y la lucha contra el cambio climático, y avanzar hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030”, publicó en su página el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn), el 12 de junio recién pasado.

Heloisa Schneider, experta en sustentabilidad de cambio climático y actualmente consultora para la The Nature Conservancy (TNC) señala que es importante que el país no solo se comprometa internacionalmente, sino que integre los acuerdos en sus políticas públicas.

“He visto en varios países cómo por años han venido separadas las políticas, porque muchas veces no se fomenta este diálogo y participación en las mesas de discusión. Se deben sentar todos los sectores de la economía y eso implica hablar con todos los sectores para abordar los acuerdos y las acciones que se desarrollarán”, dice Schneider.

Por su lado Horacio Rodríguez, experto en clima y seguridad alimentaria, también de TNC, señaló que es necesario integrar a la banca para que genere créditos verdes que vayan encaminados a brindar una alternativa a los productores que viven ahogados por las pérdidas de sus cosechas.

“El gran reto para el país, y para todos los países es escalar y que una buena práctica no se quede en una, sino que sea una visión de país, en dónde gobierno, sector privado, organizaciones, consumidores, productores, todos estemos involucrados a cambiar la cultura y las políticas, hacia un mejor mundo” concluyó Rodríguez.