“Los embarazos en adolescentes se ven hasta cierto punto como normales debido a la zona donde se encuentra esta institución educativa”, dice el director del Complejo Educativo Joaquín Rodezno, el profesor José Ramiro Aguirre. La escuela está ubicado en la 3a calle Poniente, en el centro de San Salvador, un sector rodeado de vendedores ambulantes y puestos informales.
Según el Informe de Calidad de vida 2018, El Salvador Cómo Vamos, los embarazos en adolescentes se consideran un problema social y de salud pública, debido a los riesgos en la etapa de gestación y del parto, así como las consecuencias económicas y sociales de las madres.
Según datos del Ministerio de Salud, que destaca el informe, la tasa de fecundidad es de 55 en adolescentes entre los 15 y 19 años, en el caso de San Salvador. Esto significa que por cada 1,000 mujeres en ese rango de edades hubo 55 nacimientos. En Mejicanos es de 35 por cada 1,000 y para Santa Tecla es de 28.
A criterio del director Aguirre, los jóvenes en edades de 12 a 15 años no tienen la información adecuada sobre educación sexual y los padres no educan al respecto.
“La mayor parte de jóvenes que asiste a esta escuela tiene padres que pasan gran parte del tiempo en el trabajo, que es en la calle; la influencia de ese ambiente las hace (a las adolescentes) tomar decisiones que al final les afecta”, opinó el educador.
En ese centro escolar a las jóvenes les explican sobre su derecho a la educación y de los cuidados prenatales. “Cuando conocen de su estado de embarazo, vienen a hablar conmigo para arreglar su situación, para no dejar de asistir a la escuela. Nosotros les alentamos a que sigan viniendo hasta donde su condición les permita y luego que regresen”, expone Aguirre.
A las alumnas embarazadas, con el afán de que sigan su educación, se les permite modificar la vestimenta para llegar a la escuela, puede ser una bata con los mismos colores del uniforme.
“Después de terminar su maternidad regresan a clases, las estamos esperando. Ellas se atrasan con los trabajos, exámenes y clases por lo que hay que modificarles el plan de estudios para que recuperen sus notas”, explica el director.
Sin embargo, el director manifiesta que hay estudiantes que dejan de asistir a clases, no dan explicaciones pese a saber que tienen el derecho a seguir con sus estudios.
“En esos casos, como docentes tratamos de investigar qué sucedió con la joven, por otras fuentes nos damos cuenta que está embarazada”, añade el director.
A causa de un embarazo, 698 mujeres en edades de 10 a 19 años abandonaron los estudios académicos, de acuerdo con datos del Mapa de Embarazos en niñas y adolescentes del 2017, presentado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa). El registro también reporta que 9 hombres, en el mismo rango de edades, abandonaron su estudio porque su pareja estaba embarazada. Cuando ese documento fue presentado, el representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Hugo González, opinó que la sociedad tiene que brindar las condiciones para que las menores de edad logren el mayor grado académico, por el bienestar familiar y social.
En la escuela Joaquín Rodezno, a nivel de educación básico en la materia de Sociales se imparten temas sobre la familia y el desarrollo humano, pero no tienen temas específicos sobre educación sexual como los niveles superiores.
“Aquí, el año pasado apareció una niña de 13 años embarazada, son casos que pasan en estudiantes desde tercer ciclo hasta el bachillerato. En los 14 años que tengo de trabajar aquí son a veces jóvenes de su misma edad los que las embarazan”, dice Aguirre.
El hospital de Maternidad registra 79 embarazos en niñas de 10 a 14 años de edad en el 2018.