La maquinaria de Alba lavó $28,000 millones, según universidad de Estados Unidos
En cinco años EE. UU. aplicó sanciones económicas al gobierno de Maduro. Le congeló bienes y cuentas a 56 funcionarios venezolanos en 2014 y este año, sancionó a la petrolera estatal venezolana PDVSA, una medida que impacta a la salvadoreña Alba Petróleos.
La red de lavado de dinero que Estados Unidos ha denunciado que opera desde la petrolera estatal de Venezuela y que la llevó a recibir sanciones económicas del gobierno de Donald Trump, ha sido una plataforma global que sirvió para lavar 28,000 millones de dólares, según lo recoge un estudio que llevó a dos investigadores a recorrer por cinco años 11 países, a analizar miles de documentos, a entrevistar a decenas de personas y a escudriñar modos de vida de socios y allegados al poder político en Venezuela.
De esa fortuna que salió de los bancos venezolanos, los investigadores Douglas Farah y Caitlyn Yates dicen que lograron localizar desde dónde y hacia dónde se movieron $11,000 millones.
De acuerdo con un extenso reportaje publicado en la revista Semana, de Colombia, la red de lavado Empresa Criminal Conjunta Bolivariana (ECCB), como ellos la denominan, hizo uso de un mecanismo que incluía ventas y préstamos falsos de petróleo, la compra de activos físicos, megaproyectos de infraestructura, minería de oro ilegal y transferencias entre bancos.
Para el primer componente, el de la venta falsa de petróleo, ha sido clave la empresa estatal PDVSA (Petróleos de Venezuela), la que en Centroamérica extendió su red al contar con dos subsidiarias: ALBA Petróleos en El Salvador y Albanisa en Nicaragua. PDVSA es dueña del 60 % de acciones en Alba Petróleos y del 51 % de Albanisa.
Ambas compañías sumaron ingresos entre los 5 mil y 7 mil millones de dólares en la última década, montos que no se ajustan a la realidad de sus negocios. La plata, dice el informe, fuera del control de los congresos de los países, terminó en docenas de compañías fachada de sectores como alimentos, agrícola, financiero, energía alternativa, entre otros.
En el caso de El Salvador, los rubros en que Alba utilizó para “invertir” ahora son solo la fachada o locales vacíos. La mayoría han desaparecido o van camino a ello. Cuando El Diario de Hoy quiso entrevistar a los representantes de Alba en El Salvador, nadie da cuenta de ellos y un grupo de abogados defensores que acudieron a la Fiscalía General para mostrarse parte en la acusación por lavado de dinero, solo dijeron que la empresa no ha cometido el ilícito y que posteriormente lo demostrarán de manera contundente.
Farah y Yates, autores de la investigación para la Universidad de Defensa Nacional (NDU, siglas en inglés) con sede en Washington, aseguran que en el caso de Alba Petróleos, “José Luis Merino (ex Viceministro de El Salvador de Asuntos Extranjeros para Inversión y Desarrollo Financiero y excomandante del FMLN) y otros reputados testaferros, crearon una serie de compañías con propietarios cuyos nombres se repiten en unas y otras estructuras en Panamá.
Desde allí, Alba Petróleos y sus compañías vinculadas, les prestaron a ocho compañías panameñas bajo su control al menos US$ 1.1 mil millones entre 2007 y 2017. Esas compañías en su momento movieron el dinero a paraísos fiscales en el Caribe y Europa, incluyendo las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán, Belice, Suiza y Rusia. Finalmente declararon que la mayor parte de la deuda era incobrable”.
En mayo recién pasado, el Departamento de Estado de Estados Unidos incluyó a José Luis Merino, en su “lista negra”, tras acusarlo de que junto a su hermano Sigfredo Ismael Merino lavaron al menos unos $400 millones a través de empresas de “papel” en Panamá.