Tras el partido del 15 de junio en San Salvador que ganó 3 a 0 la selección de El Salvador a Honduras, se avivaron los sentimientos nacionalistas en los pueblos de ambos países pero también los de odio y de violencia. Para el 22 de junio la totalidad de salvadoreños expulsados sobrepasaba los 3,500 compatriotas que habían llegado por las diferentes zonas fronterizas.
A raíz de las constantes presiones de las distintas gremiales empresariales y de las asociaciones sindicales y académicas del país que le achacaban al gobierno pasividad y “debilidad” ante los hechos atroces que estaba realizando Honduras en contra de los compatriotas, el 26 de junio El Salvador por fin decidió romper relaciones diplomáticas con la vecina nación y ante una inminente conflagración las fronteras con el vecino país se reforzaron con elementos del ejército, algunos de ellos sobrevivientes de ese conflicto (Ver historias).
“Continúan ocurriendo en esa República homicidios, vejaciones y violaciones de mujeres, despojos, persecuciones y expulsiones masivas de que se ha hecho víctimas a millares de salvadoreños por el solo hecho de su nacionalidad, sucesos que no tienen precedente histórico en la región centroamericana ni en América”, planteó el gobierno de Fidel Sánchez Hernández, en la carta enviada por el canciller salvadoreño José Francisco Guerrero a su homólogo de Honduras, según el libro “El conflicto Honduras-El Salvador, Julio 1969”, del historiador Roberto Gómez Pineda.
El Diario de Hoy y los periódicos nacionales de la época seguían reportando y dedicando las portadas y páginas interiores a las historias trágicas de los compatriotas que contaban en detalle cómo habían sido despojados de sus bienes en suelo hondureño e inclusive de cómo habían visto a sus mujeres ser violadas o a sus familiares asesinados salvajemente por las turbas de la “Mancha Brava” con el respaldo de pobladores y de algunos jefes militares.
Los periódicos locales destacaban y criticaban el lenguaje incendiario y violento que la radio oficial HRN de Honduras utilizaba para azuzar a sus ciudadanos y para despotricar contra los salvadoreños que por años habían vivido y trabajado en ese país. Hojas volantes en contra de los salvadoreños se esparcían por toda Honduras.
Sin embargo, algunos medios o periodistas salvadoreños también se vieron influenciados por el nacionalismo y alzaron la voz más de la cuenta, reseña el libro de Pérez Pineda.
A esas alturas los gobiernos ya habían adelantado sus tropas y equipos bélicos a las zonas fronterizas donde antes de estallar la guerra se vivieron pequeños enfrentamientos que ya presagiaban que el conflicto era algo inevitable.
Historiador Roberto Gómez Pineda: “Los medios de prensa fueron determinantes”
En el desenlace final que llevó a Honduras y a El Salvador a enfrentarse por las vías de las armas, no cabe ninguna duda que los medios de comunicación de ambas naciones jugaron un papel protagónico, de acuerdo al historiador salvadoreño Roberto Gómez Pineda, quien escribió el libro: “El conflicto Honduras-El Salvador, Julio 1969”.
“Claro que la prensa tuvo un papel de primer orden, los medios de prensa fueron determinantes en los dos países. Los medios de prensa colocaron a la opinión pública de los dos países detrás de sus gobiernos y de sus fuerzas militares”, asegura Gómez Pineda en entrevista con El Diario de Hoy a raíz del 50 aniversario de la Guerra de las 100 Horas o de Legítima Defensa como la llamó El Salvador.
El Diario de Hoy y otros periódicos de entonces detallaban los llamados hostiles que la oficial radio HRN de Honduras hacía a diario a su conciudadanos en contra de los salvadoreños residentes en su territorio.
“En Honduras hubo una campaña espantosa, terrible, se culpaba a los salvadoreños de todos los males de Honduras y los calificaba de invasores, de quintacolumnistas, de corruptores de los hondureños, decían que los salvadoreños eran delincuentes, ladrones, prostitutas….”, recuerda el historiador, quien también plasma en su libro los mensajes de los medios de prensa de ambas naciones.
En nuestro país a pesar de que habían pasado ya varias semanas que compatriotas iban llegando expulsados de Honduras el gobierno no tomaba ninguna acción, hasta que los periódicos comenzaron a publicar las trágicas historias, lo cual indignó a diferentes sectores de la sociedad que presionaron al gobierno.
“La prensa fue la que verdaderamente aglutinó a toda esta gente, primero en una cruzada humanitaria y luego fue la cruzada por la Dignidad Nacional, fueron asociaciones de todo tipo gremiales, de canillitas, vendedores de periódicos, vendedoras de los mercados, de universidades..”, sostiene Gómez Pineda.