Primer semestre del año cierra con 1,687 desaparecidos

La cifra revela que en El Salvador desaparecen entre nueve y diez personas por día, lo que genera angustia en cientos de familias. Esta cantidad supera en 119 casos el número de homicidios reportados hasta el 30 de junio.

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Ayer fue hallado el cadáver de un hombre en el río Las Cañas, en Apopa. La corriente lo habría arrastrado hasta allí. Foto EDH / francisco campos

Por Mirella Cáceres

2019-07-05 11:30:59

El drama que viven centenares de familias salvadoreñas por sus parientes desaparecidos no hace más que crecer. Las denuncias de estos casos ante las autoridades confirman que solo en los primeros seis meses del año, un promedio de nueve personas por día no volvieron a su hogar.

Según datos de la Fiscalía General de la República (FGR) y de la Policía Nacional Civil (PNC), del 1 de enero al 30 de junio fueron reportadas 1,687 personas desaparecidas, que han sido registradas como privadas de libertad.

La cifra de desaparecidos de este año es casi similar al promedio registrado el año pasado en el que la Fiscalía reportó más de 3,500 casos.

Enero, con 299 denuncias, marzo con 292 y junio con 290, son los meses en que hubo mayor cantidad de casos. En febrero, con 245 casos registrados, se tuvo una leve disminución.

Esos números tienen rostro. Daysi Aracely Martínez González, Cruz Carolina Mendoza Juárez y Reina Jasmín Torres Ramos, son solo tres de esos rostros y detrás de ellos el dolor de sus parientes.

Las tres adolescentes, de 15, 16 y 14 años respectivamente, desaparecieron el mes pasado en lugares distintos y dos de ellas en circunstancias similares. Reyna Jasmin y Daysi Aracely fueron vistas por última vez cuando salían de sus centros de estudio, uniformadas y con sus útiles escolares.

A Daysi no la vieron más desde el 28 de junio 2019, cuando cerca de las 1:30 p.m. salía del Colegio Francisco Linares, del municipio de Apopa. Mientras que a Reyna Jasmin le perdieron el rastro desde que la vieron salir del Centro Escolar Fermín Velasco, en Barrio Los Remedios, Sensuntepeque, Cabañas.

Cruz Carolina desapareció el 18 de junio pasado cuando se dirigía desde su casa en la colonia El Barrial al mercado municipal de Ilobasco, como a las 4:00 de la tarde.

A todas ellas las buscan a través del programa de la Fiscalía denominado “Ángel Desaparecido”.

Fuentes fiscales explicaron que, pese a la elevada cifra de denuncias, no significa que todos desaparecen o están muertos, sino que hay quienes reaparecen. Esta posición es similar a la que sostuvieron las autoridades de Seguridad del anterior gobierno, de que hay familias que después de hallar a sus parientes no lo reportan y así no se puede actualizar el registro.

También sostuvieron las autoridades anteriores que solo un 10 % de los desaparecidos fueron víctimas de un hecho delictivo, entre ellos homicidios.

¿Pero cuántos reaparecen o cuántos no murieron de forma violenta? Las autoridades no aclaran ese dato, por lo que no se logra saber las motivaciones en que desaparecen, si las matan o en qué circunstancias vuelven a sus hogares.

Cómo es que la mayoría desaparece sigue desconcertando a parientes y a extraños.

Entre otros casos difundidos por la Fiscalía lo ejemplifican. Óscar Daniel Ardón Hernández, un jovencito de 16 años de edad, salió de su casa ubicada en la colonia San Antonio, de Guazapa, al norte de San Salvador la tarde del 12 de febrero de 2019.

La familia de Óscar Daniel lo busca desde entonces y es uno de los casos activos que tiene la Fiscalía en su sitio web, es decir, que se le sigue buscando.

Igual sucede con Josué David Villafuerte Durán, quien a sus 14 años salió del Colegio Bradford, en Mejicanos, el 24 de mayo de 2019 al medio día, pero de allí no se supo de él.

En el sitio de la Fiscalía publican su fotografía, sus rasgos físicos (piel trigueña, ojos y cabello color negro, complexión delgada y de 1.65 metros de estatura) y cómo vestía.

Si han reaparecido es difícil saberlo, al menos la Fiscalía los clasifica como “casos activos”.

Aparte de la Fiscalía, en redes sociales circulan fotos de buscados a diario. Representan una búsqueda angustiosa, sobre todo cuando pasan semanas y meses, o en otros casos años sin que reciban noticias de ellos.

Uno de esos casos de dolorosa espera lo representa Alfredo Orellana y Rosa Durán, padres de Mireya Astrid, de 21 años y estudiante de la Universidad Don Bosco, quien desapareció hace año y medio.

Mireya Orellana Durán tenía sueños de graduarse y ser una profesional y poder ayudar a sus padres a tener una mejor calidad de vida. Foto EDH / Oscar Iraheta

Ella salió de clases y se dirigió a un centro comercial de Soyapango para encontrarse supuestamente con su novio. Las cámaras de vigilancia la captaron en ese sitio pero de allí nadie sabe su destino. (Lea su historia en nota aparte).

Como el de Mireya hay otros casos de larga data pero que sus familiares siguen albergando la esperanza de que verlos regresar. Pero otros solo piden saber dónde están enterrados sus parientes y poderlos sepultar de una manera digna.

Superan a los casos de homicidios
Solo en los primeros seis meses de este año reportan 1,568 muertes violentas; cifra que si es comparada con la de desaparecidos, resulta una diferencia de 199 casos.

Solo en junio, cuando comienza el nuevo gobierno y poco más de dos semanas después comenzó la primera fase del llamado Plan Control Territorial dirigido a combatir las pandillas y la recuperación de los territorios que ellos han dominado.

Si bien bajaron a 7 por día los homicidios en junio, no fue así con respecto a los desaparecidos.

Aunque las autoridades no relacionan desaparecidos y muertes violentas, los cementerios clandestinos dan cuenta de cuántos desaparecidos hay. En la tregua apoyada por el gobierno de Mauricio Funes, las pandillas bajaron los homicidios pero aumentó la cifra de desaparecidos y las tumbas clandestinas.