Policías acusados de matar “por odio” a mujer trans

La víctima, de 29 años, fue raptada en enero pasado y fue hallada vapuleada en Mejicanos. Murió en un hospital el 3 de febrero.

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Tres policías del Sistema 911 de San Salvador fueron acusados en el Juzgado Quinto de Paz por privación de libertad y homicidio agravado en perjuicio de una mujer transexual. Foto EDH/ Menly Cortez

Por Diana Escalante

2019-07-03 9:30:13

Tres policías destacados en el Sistema 911 de San Salvador deberán comparecer el viernes en una audiencia inicial en el Juzgado Quinto de Paz, en donde la Fiscalía los acusó de cometer un “crimen de odio” en contra de Camila Díaz Córdova, una mujer trans, identificada en su DUI como Nelson Arquímides Díaz Córdova.

Los delitos que se les atribuye a Carlos Valentín Rosales, Jaime Giovanni Mendoza y Luis Alfredo Avelar son privación de libertad por agente de autoridad y homicidio agravado que, en su conjunto, se castigan con penas mayores a los 60 años de cárcel.

La víctima, quien tenía 29 años, fue raptada la madrugada del 31 de enero pasado, en la 23a. Avenida Norte, cerca del hospital de Niños Benjamín Bloom. El Ministerio Público sostiene que los agentes llegaron al lugar para atender una denuncia por un “disturbio” en el que presuntamente participaba Díaz.

Después, se la llevaron en la patrulla rumbo al final del bulevar Constitución, en Mejicanos, una zona que ya estaba fuera de su responsabilidad.

La fiscal señaló que en el trayecto, que duró entre 30 y 40 minutos, Díaz recibió “golpes mortales” y luego fue abandonada con vida en un predio baldío del kilómetro 5 y medio de la referida carretera.

Más tarde, las autoridades acudieron a ese sitio tras ser alertadas por medio de una llamada ciudadana de que había una persona moribunda. Un equipo de policías llegó y trasladó a la víctima al hospital Rosales. Tres días después murió.

“El hecho (el ataque) se determina que es porque era una persona trans, es de la comunidad LGTBI. Así se maneja (como crimen de odio)”, explicó la fiscal.

Camila se dedicaba a la prostitución, pero la falta de empleo, las amenazas de pandillas y la discriminación social la llevaron a emigrar a Estados Unidos.

Días después, se entregó a las autoridades para tramitar un asilo, pero fue deportada. Eso fue lo que declaró una amiga de la víctima a Presentes, una agencia de noticias regional LGBTI.