El día que venía de regreso de mi viaje, a principios de junio, en el vuelo de Miami a El Salvador abordó junto conmigo y otra gran cantidad de personas un hombre alto, entrecano, vestido más que sencillo, pero que llamaba la atención por su galanura, humildad, sencillez y su cara cordial. Venía junto con la que supuse era su esposa y su hijo un joven guapo como de unos 17 años. Les tocaba casi a la par de mi asiento, solo que en la otra línea; nos dividía el pasillo. En los asientos que les correspondían a ellos se había sentado equivocadamente o algo así otra familia humilde como nuestra gente de campo. La azafata intervino, pero el hombre en cuestión, muy gallardo y atento, les dijo que se quedaran en esos asientos, que no había problema. Me encantó su humildad y su gentileza, lo cual comentamos con el pastor que estaba junto a mi casualmente en el vuelo…
El hombre gallardo venía con su familia en clase turista, como los demás, a pesar que se le notaba su cuna…
Cuando llegamos al país se formó una inmensa cola en Migración. Él venía justo delante de mí. La curiosidad me permitió ver con detalle la sencillez y humildad con que viajaba esa hermosa familia. Hicieron la larga cola, sin pedir nunca un trato especial, o hacer algún alarde (como otros que venían en el mismo vuelo)…
El hombre gallardo, guapo, humilde y sencillo del que les cuento esta anécdota era el hijo del ex presidente Cristiani, el arquitecto Javier Cristiani, junto a su guapa esposa y su hijo. Me dejaron muy buena impresión, de cómo el dinero no es el que define a las personas, que la clase no tiene que ver con la abundancia de riquezas y que la humildad y la sencillez son las mejores cartas de presentación… Al ver la noticia de la muerte de este hombre que me impactó tanto por su forma de ser me hace reflexionar que definitivamente la vida es un suspiro, es como la neblina, que no podemos dar nada por sentado y es importante hacer un ALTO y meditar, que es lo que estamos haciendo con el regalo que Dios nos ha dado con la vida… Tener la certeza hacia a dónde vamos y cuál es el legado que dejamos a nuestra descendencia y al mundo, esto es de vital importancia…
Este ilustre hombre vino, en el mismo vuelo que yo venía, con ilusiones y proyectos como todos, sin imaginar que venía ha morir a nuestro país. No quiero imaginar el dolor de su hermosa esposa, su hijo, de doña Margarita, su madre, a quien tengo el privilegio de conocer y doy fe de su don de gente, de la humildad que la caracteriza y que claramente lego a su familia y casi puedo sentir el dolor de toda esa familia que hoy llora su partida…
Dios les llene de consuelo y sabiduría… Ruego a Dios que la pérdida de este hombre ejemplar nos sirva a muchos para reflexionar que debemos vivir felices, dando lo mejor y agradecidos por cada día y con la certeza que cuando nos toque partir, nos vayamos a la tierra que Dios nos ha prometido para toda la eternidad… Por la fe en mi Dios sé que ese fue el destino de mi compañero de viaje!!!
Abogada y notaria