Los pezones son una zona que pocas veces las mujeres prestan atención. La mayoría de indicaciones para el cuidado de los pechos recae en la zona de las glándulas mamarias. No es de extrañarse que es en dicha zona donde se realiza el autoexamen de mama.
Pero los pezones pueden revelar otras enfermedades. Un cambio en su forma, en su color o que repentinamente produzcan algo tiene que ponerte en alerta y buscar un especialista.
La revista mexicana Eme de Mujer ha revelado cinco cosas que tus pezones te están diciendo y, probablemente, tú no estás tomando nota.
1. Un embarazo: dejando a un lado que una de las pruebas más grandes de un estado de gravidez es la ausencia del período menstrual, los pezones también podrían revelarte que estás en cinta. De acuerdo con los especialistas, los cambios hormonales del embarazo afectan esta zona que presenta irritación, dolor y un evidente cambio de color.
2. Infección: las secreciones en los pezones no son normales y pueden alertarte de una infección. Aunque muchos no crean, esta es una zona muy común para desarrollar eccemas, sobre todo, si estás en una etapa de lactancia, pues los bebés dejan sus bacterias en ellos.
3. Tumor: cuando un pezón sangra —y ni siquiera estás amamantando— es una señal de alerta. Claro, cuando estás en etapa de lactancia hay altas probabilidades de sufrir mastitis, esa inflamación de los senos que podrían causarte sangramiento. Pero si este no es tu caso podría tratarse de un tumor llamado papiloma intraductal, “que se forma en los ductos de la leche del pezón”. Este tumor benigno necesita atención especializada para evitarte dolores, inflamaciones y sangramiento.
4. Cáncer de mama: si un pezón extrañamente se vuelve invertido es una señal asociada al desarrollo de cáncer de seno. De acuerdo con la editorial Eme de Mujer, es común que un pezón sufra un cambio por el mismo embarazo o genes. Pero que este cambie de la noche a la mañana no es nada bueno…
5. Dermatitis de contacto: escozor, picazón, sensibilidad y dolor son síntomas de una dermatitis de contacto, que suele ocurrir a las mujeres que practican deportes con regularidad. La fricción de los pezones cuando se ejercita puede causar este problema. También puede desarrollarse por un cambio en los jabones o detergentes que utilizas para lavar tu ropa o para bañarte.
