Los retos del desarrollo sostenible en el país

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Poco personal preparando los paquetes electorales que se dispondrán hoy para la militancia. Foto EDH / Cortesía

Por Miguel Artiga

2019-06-16 4:30:36

A nivel mundial hay un creciente interés por el medio ambiente. Esto se debe a los grandes problemas globales como el cambio climático, la contaminación y la destrucción de los ecosistemas y recursos naturales. Sin embargo, las soluciones no se encuentran en la narrativa de victimizar a los osos polares ni de pensar en la destrucción de los árboles. Estas problemáticas sólo se podrán solucionar desde una perspectiva de políticas de desarrollo sostenible que busquen un balance entre lo económico, lo social y lo ambiental y concienticen a la población sobre las implicaciones en su día a día. Por otro lado, aunque la crisis es global, las condiciones sociales y económicas de cada país son diferentes. Por ejemplo, El Salvador, un país en vías de desarrollo, tiene grandes retos socioeconómicos que debe tomar en cuenta para la formulación de políticas públicas.

Uno de los grandes retos globales es el cambio climático, es decir, el aumento de la temperatura del planeta provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero (GEI), especialmente de dióxido de carbono (CO2), derivadas de la actividad del ser humano. En efecto, estas emisiones están provocando variaciones en el clima que, de manera natural, no se producirían (IPCC, 2013).

La principal causa de este suceso es el modelo de producción y consumo que han seguido los países desarrollados. Según datos del Banco Mundial, para el año 2014, China, Estados Unidos y la Unión Europea representaron el 51.3% de todas la emisiones de CO2 del mundo.

Por su parte, El Salvador, representó solo el 0.017% del total de las emisiones para ese mismo año. Aunque no hemos sido los principales causantes de esta crisis global, nuestra región tiene una alta exposición a amenazas geo-climáticas derivadas de su localización y presenta una alta vulnerabilidad en sus actividades humanas (CEPAL, 2010).

En efecto, en El Salvador los daños económicos anuales relacionados a fenómenos climatológicos, tales como sequías y lluvias de alta intensidad, son muy altos: solamente entre noviembre de 2009 y octubre de 2011, se perdieron más de $ 1,300 millones (CPDN, 2015). Asimismo, debido a las sequía del año pasado, se estima que se perdieron alrededor de USD$ 41.8 millones en cosechas de maíz y frijol (MAG, 2018).

En el plano global ante este escenario de cambio climático, los países desarrollados están comprometidos a reducir sus emisiones de GEI. Sin embargo, en el caso de El Salvador, la prioridad en este tema es y debe ser la reducción de la vulnerabilidad y la adaptación al cambio climático y, bajo este enfoque, el reto es restaurar ecosistemas fomentando a la vez, nuevos medios de vida para las comunidades afectadas y la transformación de sus condiciones sociales y económicas.

Otro reto global es la contaminación y, específicamente, la contaminación por plásticos en los océanos. Se estima que cada año, alrededor de 8 millones de toneladas de desechos plásticos terminan en los océanos y que, para el año 2050, habrá más plásticos que peces en el mar (UNEP, 2015). Según el informe del Centro Helmholtz para la investigación medioambiental (UFZ), solamente diez ríos, situados en Asia y África, son responsables del vertido del 95% de los 2,75 millones de toneladas de basura plástica vertida a los océanos. Ante esta problemática, varios países del mundo han tomado diversas medidas de prohibición de ciertos plásticos, tales como los de un solo uso. En el caso de El Salvador, esta situación representa otro gran dilema de desarrollo: la industria del plástico salvadoreña es la tercera con mayores niveles de exportación, representa más de 10 mil empleos directos y crece a niveles considerables cada año. Por lo tanto, es importante identificar la gran oportunidad de fomentar una economía circular, es decir, la transformación productiva del sector y la gestión integral de los residuos. Asimismo, al fomentar el mercado del reciclaje, se impulsa la innovación en productos de plástico reciclado. De esta manera se evitan las externalidades negativas vinculadas a la contaminación del medio ambiente.

Por lo tanto, tenemos que comprender que el cambio climático y la contaminación por plásticos no son problemas puramente ambientales sino que se deben abordar desde una perspectiva de desarrollo sostenible. Asimismo, resulta fundamental comprender que los grandes problemas globales se deben combatir de manera diferente en cada país o región. En El Salvador, este enfoque es necesario para solucionar nuestra compleja realidad.