Axel, el bebé con una enfermedad hepática que lo mantiene entre la vida y la muerte

Keiry Martínez lleva ocho meses luchando por regresarle la salud a su hijo, que nació con una enfermedad hepática que lo mantiene entre la vida y la muerte. La única opción médica es una cirugía que no se realiza en el país y el costo ronda los $250,000 en Argentina.

Una madre lleva ocho meses luchando por regresarle la salud a su hijo que nació con una enfermedad hepática que lo mantiene al borde entre la vida y la muerte. La única opción médica es una cirugía que no se realiza en el país y el costo ronda los 250 mil dólares en Argentina.

Por Jonathan Tobías

2019-06-06 9:50:29

Keiry Martínez suele permanecer en el quinto piso del hospital de niños Benjamín Bloom. Ella es una madre que conoce a la perfección el significado de luchar contra el tiempo. Su segundo hijo, de tan solo seis meses de edad, fue diagnosticado con atresia biliar, una enfermedad que afecta al hígado y no permite que este deseche las toxinas nocivas para el cuerpo humano.

Axel nació en octubre del año pasado sin presentar complicaciones. Ni durante el embarazo o el parto hubo indicios de su enfermedad. Las sospechas de que algo andaba mal con la salud del pequeño surgieron cuando su piel y sus ojos comenzaron a tornarse de un color amarillento. Esto sucedió cinco días después de su nacimiento.

Sus padres lo llevaron, de inmediato, a la Unidad de Salud más cercana. “Me dijeron que no tenía porque preocuparme, que solo lo sacara al sol, y así hice”, recuerda Keiry. Pasaron 18 días y Axel no mostraba cambios favorables. La confirmación de la enfermedad de Axel llegó en diciembre de 2018 cuando, luego de una serie de exámenes y pruebas, determinaron el padecimiento del bebé y arrojaron como única opción un trasplante de hígado. Los doctores de Axel le dijeron a su madre que esta cirugía no podía realizarse en el país.

“Para mi todo era una bofetada, de no hacerle el trasplante, mi hijo puede fallecer en cualquier momento”, relata Keiry. Los días que esta madre ha luchado con la enfermedad de Axel, ella los describe como los más difíciles de su vida. “Es lo que toca, pero tengo la fe de que va a salir de esto”, expresa con esperanza y alivio.

Una lucha constante
El tiempo y los recursos invertidos, desde que Axel fue diagnosticado con atresia biliar, han llevado a Keiry a pasar por una serie de circunstancias que cambiaron totalmente su forma de vida. Todas las noches ella tratar de dormir sentada en una silla a la par de la camilla de su pequeño, convirtiéndose en su sombra: desde que amanece hasta que cae la noche.

Hay días en los que debe transportarse en autobús hacia su casa, en busca de ropa o medicinas para Axel. “Las ojeras, el hambre, los pies hinchados y todo lo que deba de pasar lo haré para lograr ver a mi hijo sano y salvo”, expresa.

El cuidado de su hijo pequeño la ha llevado a descuidar, hasta cierto punto, a su hija de cinco años de edad y eso la atormenta. “Mi corazón quisiera dividirse pero llega ese momento donde debes comprender quién te necesita más”, expresa, y parece que un nudo se apuña en su garganta.

El sueño de la familia es llegar un día a estar unidos bajo el mismo techo y haber superado todos los obstáculos. “¿Cuando vamos a regresar a casa?”, es la pregunta que constantemente Keiry se hace observando a Axel en su camilla, con la esperanza de tenerlo en sus brazos completamente sano. “Le pido a Dios llevar de la mano a mi bebé en un futuro a la escuela, jugar fútbol con él y verlo convertido en todo un hombre”, dice como haciendo una plegaria.

Foto EDH/ Jonathan Tobías

La primera cirugía de Axel
El bebé ya se sometió a una primera cirugía en donde un trozo de su intestino se unió al hígado para que todos los desechos se acumularan ahí. “No es fácil para ninguna madre ver a su bebé salir de la sala de operaciones entubado”, expresa la madre de Axel.

En esa ocasión, la operación duró alrededor de siete horas y tras una sospecha de un coma hepático, pasados tres días de la cirugía, Alex despertó y se recuperó de la cirugía. Sin embargo, la coloración de su piel nunca se fue y su condición empeoró. El estómago del menor comenzó a hincharse y el dolor parecía ser agudo. “Día y noche lloraba sin parar y nosotros sin tener nada que le quitara el dolor”, recuerda Keiry.

Angustiados por lo que estaba pasando, visitaron una vez más el hospital Benjamín Bloom, en donde Keiry fue informada de que la operación no tuvo éxito y Axel fue incluido en la lista de candidatos a trasplante de hígado. Además, según el reporte médico, el niño presentaba las plaquetas bajas y había muchas probabilidades de tener una hemorragia interna de no ser intervenido quirúrgicamente de forma urgente.

Desde el pasado mes, Axel permanece ingresado en el hospital Bloom, en donde su diagnóstico no es favorable. Se intentó conocer el parte médico oficial a través de una solicitud de entrevista; sin embargo, las autoridades del centro asistencial nunca dieron respuesta alguna.

El costo del trasplante de hígado que Axel necesita ronda los $250,000, según indagaciones que Keiry ha hecho en hospitales de Argentina. “Lo más difícil es saber que tengo que luchar todos los días con el tiempo porque los niños con esa condición son como una bomba”, expresa.

Muchas personas altruistas se han contactado con la familia a través de las redes sociales y la página en Facebook a la que han llamado: “Ayudemos a Axel”. Esa es la única forma en que Keiry y su esposo recaudan los fondos necesarios para la cirugía. Algunas comunidades, que se han enterado del caso, han realizado eventos, rifas o festivales a lo largo de varios meses con el propósito de llegar a la meta.

Keiry también ha habilitado el número de cuenta 003070631940 en el Banco Agrícola, a nombre de Keiry Paola Martínez Arucha, para quien desee colaborar. También pueden comunicarse al teléfono 7057-1752.

“Toda la ayuda que venga, por mínima que sea, será bienvenida, porque no es para nosotros, es para Axel”, concluye la madre del pequeño