Timothy Ray Jones Jr. mató a sus cinco hijos pequeños, cuyas edades estaban entre dos a ocho años. Alegó que los asesinó porque escuchaba voces en su cabeza y creía que sus hijos estaban conspirando contra él. Además, estaba seguro que sus hijos serían más felices en el cielo.
El hecho ocurrió en agosto de 2014 en Lexington, Kentucky y en el juicio que se está llevando a cabo se revelaron nuevos y escabrosos detalles del caso.
“Papá te amo”, fue lo último que dijo Merah, de ocho años, a su padre cuando él estaba apunto de estrangularla. La niña, quien era la mayor de los cinco hermanos, vio cómo su padre mató uno a uno a sus cuatro hermanos. Finalmente, llegó el turno de ella. Ella murió estrangulada a manos de su progenitor.
Primero mató a golpes a su hijo de seis años, Nahtahn, porque había roto un tomacorriente. Después, estranguló con sus manos a su hijo Elías, de siete años. También confesó que usó un cinturón para estrangular a su hijo Gabriel, de dos años, quien también le dijo: “Te amo”, antes de morir.
Después de matar a los cinco niños envolvió sus cadáveres en mantas, los llevó en su auto y los colocó en las tablas del piso de su Cadillac Escalade, según publicación de The Post and Courier. Durante varios días los cuerpos de los niños anduvieron en el vehículo, mientras él huía. Además, paraba en tiendas para comprar suministros que le ayudaran a desmembrar los cadáveres y luego quemarlos.
“Sus hijos están muertos en un auto mientras camina por un supermercado y se parece a cualquier otro comprador. Solo en su cesta, tiene algunas sierras, ácido y cosas para desmembrar y mutilar los cuerpos de sus bebés”, dijo Rick Hubbard, abogado acusador.
Jones fue capturado en la línea estatal con Mississippi días después de andar huyendo.