ANÁLISIS: El deporte salvadoreño bajo la lupa (Segunda Entrega)
Jorge Quezada termina su gestión de 5 años al frente del instituto que rige el deporte nacional. Tras una primera entrega donde se analizó el trabajo del Indes en 3 ejes estratégicos, ahora se abordan los temas del deporte estudiantil y comunitario, el inclusivo y la relación con el atleta
Luego de revisar el trabajo del Indes en los rubros de infraestructura, erogaciones y manejo de fondos y estímulos deportivos, en esta entrega se presentarán otros ejes estratégicos. Todos los ángulos ayudan a entender cómo llega el deporte justo hoy, cuando inicia un nuevo Gobierno bajo la administración de Nayib Bukele como presidente de la República.
4. Deporte estudiantil y comunitario
El Indes anunció, desde el inicio de esta gestión, que el deporte base sería prioridad en la política deportiva. “Podemos apostar por 2 vías. De manera total al alto rendimiento, donde no importa la persona sino el resultado; o poner en el centro a la persona. Concluímos que debíamos buscar crecer en cantidad con los Juegos Estudiantiles”, explicó Jorge Quezada.
Esto se reflejó -aunque no fue la única causa- en los resultados internacionales de competiciones mayores. El país fue a la baja en todos los eventos de ciclo olímpico en cuanto a medallas. En los Centroamericanos de 2017 (el que menos nivel tiene en cuanto a los rivales a los que se enfrentaron, comparado contra C.A. y Caribe, Panamericanos, Mundiales u Olímpicos), el país fue quinto del medallero, muy por debajo del líder Guatemala, con quien antes se competía por la hegemonía regional. Los chapines nos sacaron 132 preseas de diferencia, 70 de ellas de oro.
Según los números de Indes, “le inyectamos mayor recurso al deporte estudiantil desde la primera etapa Codicader, no menos de $1,000,000 al año. Parte de ese dinero, como 30 o 40%, lo tomamos de lo que se quitó al fútbol; otra parte fue reorientada de recursos de bienes y servicios. En materia de seguridad, hicimos un recorte de cerca de 100 mil dólares anual (tenían más de medio millón en ese rubro) y lo pasamos a deporte”, aseguró.
Quezada afirmó que Indes estaba atendiendo a cerca de 50 mil atletas antes de 2014 a nivel nacional a través de los juegos. “Parecía una cifra bastante alta; pero vimos el músculo de Indes en el territorio y nos dimos cuenta que era muy pobre, promotorías con una persona y 20 a 23 municipios para atender. Muy difícil. Teníamos un vehículo para promotores para toda la zona oriental, y otro para la zona occidental. Por eso, una de las apuestas fue generar mayor presencia de técnicos deportivos en el interior del país, y crecimos bastante en eso”.
Otra de las apuestas tuvo que ver con facilitar el trabajo a los técnico brindándoles mejores condiciones. “Hoy todas las promotorías tienen su vehículo, no del año, pero les permite una buena cobertura. Además, les nutrimos de equipo informático; muchos ni computadora tenían. Y ocurría que, si se compraba equipo nuevo para el interior, ese lo dejaban aquí en el área administrativa (central) y lo obsoleto lo enviaban. Suspendimos eso y corregimos”, aseguró.
A partir de 2014, Indes pasó a hacer una planificación anual, reforzó la coordinación (que ya existía en otras gestiones previas) con el Ministerio de Educación (Mined), pero sobre todo para gestionar que se brindara las oportunidades a los estudiantes de salir a competir.
“A veces el director de la escuela decía que no había permiso”, aseguró Quezada. La ley (art. 59) solo establece que el Indes debe coordinar con el Mineda y las universidades programas de estudios especiales para los atletas de alto rendimiento, pero no menciona nada al respecto sobre los atletas que son estudiantes de básica, secundaria o tercer ciclo.
Actualmente, el número de atletas estudiantiles que vieron actividad bajo los programas del Indes llegó a los 137,000, y para este 2019, la aspiración es de 15 mil más.
“La indicación que giramos después fue que no se quedara solo en cabeceras departamentales ni pueblos, sino que también había que ir al encuentro de los muchachos en los cantones, y, en gran medida, hemos sacado atletas que han venido de cantones a las finales estudiantiles. Esa ruta de crecer en cantidad y también en calidad había que ponerle un norte. Así nació el Programa Éxito, que nos permite concentrar a los mejores de los estudiantiles y trabajarlos con las federaciones para tratar de ser protagonistas a nivel centroamericano”.
De esto es de lo que se siente más orgulloso Quezada. “Hemos conseguido más allá de lo que pensamos en un inicio. Nuestro gran objetivo no pasaba por ser campeones de la región, sino en descubrir y promover talentos deportivos, generar un nivel de competencia y compromiso en los cipotes. Pero en el mismo 2014, en la marcha del proyecto, nos dimos cuenta que los mismos muchachos tenían un deseo enorme de triunfo”, contó el hasta ayer presidente de Indes.
El resultado fue positivo. El Salvador volvió a dominar el medallero de los juegos estudiantiles después de tres años, ya que la última ocasión fue en 2011. Aunque en el puntaje final, Guatemala fue primero, pero no en cantidad de medallas. Para el siguiente año, el país sí obtuvo el primer puesto general. Y en 2018, también ganaron los Juegos en la edición de Panamá.
“Esta es una apuesta desde la etapa estudiantil más pequeña hasta la de mayor importancia a nivel internacional. En eso me voy satisfecho porque ya vemos atletas que forman parte de la estructura, de la ruta, como Gabriela Izaguirre (karate), Víctor Steiner (atletismo), Celina Márquez (natación), varios atletas en deportes como judo, taekwondo, las chicas de ajedrez que dieron el salto de calidad y ganaron una medalla mundial, Enzo Leiva (tenis de mesa). En ese aspecto, me siento altamente agradecido con los atletas, con las federaciones y con los padres de familia. Hemos cerrado bien esta parte, aunque siempre hay cosas por mejorar”, sostuvo Quezada.