¿Ginecocracia?

Serán sus talentos, sus capacidades, su estilo de dirección y su liderazgo los que las ayudarán a solventar con mayor o menor efectividad el nuevo trabajo que asumen y para el que les deseo las mejor de las suertes

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Por Jorge Alejandro Castrillo

2019-05-31 8:03:50

Cuántas de las cosas que se propuso hacer al inicio del año ha llevado a cabo? Deseo que muchas, pues usualmente para cada inicio de año nos proponemos cosas buenas para nosotros mismos o para quienes amamos. ¿Bajó las libras que se propuso en su dieta? ¿Consiguió dejar de fumar, hacer media hora diaria de ejercicio, leer un libro por semana, reunirse con sus amigas cada mes? Pasado un tiempo, el inicio del año resulta ser solo el artificio que los humanos hemos ideado para llevar la cuenta de nuestros días. Las cosas cambian poco de un año a otro, incluso de un siglo a otro.

Este primero de junio ciertamente no es inicio del año y, sin embargo, como ha venido sucediendo cada lustro por las últimas décadas, lo estamos viviendo como si lo fuera: promesas, propósitos, esperanzas, temores. Este día cambiarán efectivamente muchas cosas para mucha gente. Dos equipos enteros —de más de cien personas cada uno— cambiarán su rutina: mientras unos regresarán a la privacidad de la vida ciudadana (¿), otros tantos abandonan esa tranquilidad, asumen responsabilidades públicas y aceptan someterse a un exigente y cotidiano escrutinio ciudadano.

El presidente Bukele consiguió manejar exitosamente el secretismo de su gabinete de gobierno. Cual “campaña de expectación” de un producto comercial, soltó algunas prendas para avivar el interés ciudadano, pero mantuvo hasta este día, a buen resguardo, el paquete principal.

“¡Ya viene el cortejo! / ¡ya viene el cortejo! / ya se oyen los claros clarines…”.

Ginecólogo es el médico que atiende mujeres, pues ginecología es la rama de la medicina que se ocupa del aparato reproductor femenino. Democracia es el poder ejercido por el pueblo, y autocracia es cuando el poder atiende solamente la voluntad de una persona, el tirano. Ginecocracia sería aquel gobierno ejercido por mujeres. La campaña de expectación ha hecho pensar a la población tal cosa. ¿Será el resto del gabinete formado exclusivamente por mujeres?, escuché preguntarse ilusamente a alguien. ¿Tendría tal gobierno características especiales, diferentes del tradicional gobierno ejercido fundamentalmente por hombres?

Mientras trabajaba en la extinta “Dirección General de Protección de Menores”, tuve la oportunidad de asistir en Haifa, Israel, a un seminario sobre desarrollo comunitario como base para la solución de distintos problemas, la reinserción de menores en conflicto con la ley era mi interés. En ese tiempo, en Israel funcionaba un “Ministerio de la mujer”. Recuerdo haber preguntado a tres distintos ponentes del seminario su opinión acerca de la efectividad de tal cartera de gobierno. No estaban muy convencidos de la eficacia del mismo. No pude menos que hacer la comparación con nuestro país: en un gabinete mayoritariamente masculino, dos mujeres —las ministras Liévano de Márquez y Gallardo de Cano— recibían reconocimientos frecuentes por su desempeño a cargo de sus respectivas carteras. No es asunto de sexo —me dije— sino de personas.

El movimiento de liberación femenina ha insistido en las llamadas “cuotas”: igual porcentaje de hombres que de mujeres en las distintas instancias de gobierno. ¿Tendría algún efecto esa sola variable en la consideración distinta de la capacidad femenina? Lo dudo. ¿Se opondrán los movimientos femeninos a que haya más mujeres que hombres en el gobierno? ¿Cesarán en sus críticas a la ejecución de las políticas públicas estos grupos si su ejecución es liderada por mujeres y no por hombres? También lo dudo. ¿Será que sólo por ser mujeres las futuras ministras se desempeñarán mejor sus carteras? No parece razonable tal afirmación. Más bien serán sus talentos, sus capacidades, su estilo de dirección y su liderazgo los que las ayudarán a solventar con mayor o menor efectividad el nuevo trabajo que asumen y para el que les deseo las mejor de las suertes. Lo único que tenemos por cierto es que la campaña de expectación ha terminado el día de hoy.

“¡Clarines! ¡Laureles! /Los nobles espadas de tiempos gloriosos, /desde sus panoplias saludan las nuevas coronas y lauros (…) Las trompas guerreras resuenan: / de voces los aires se llenan…”

Psicólogo