Desde el momento en que el grupo de pandilleros de la Mara Salvatrucha sometió a los cuatro militares en una casa comunal de la colonia Vista al Lago, empezó para los soldados un tormento que se prolongó por unos 45 minutos entre veredas y barrancos.
En menos de diez minutos, los pandilleros habían planeado movilizar a los soldados a bordo de una buseta de la ruta 29 A, desde la parte alta de la colonia, hasta un lugar conocido como El Molino, para luego introducirlos en caminos angostos repletos de vegetación.
La colonia Vista al Lago está construida en medio de barrancos que terminan en quebradas de aguas negras y lluvias que desembocan en el Lago de Ilopango, en Apulo. Por eso, a los pandilleros de la MS que operan en la zona, se le hizo fácil desaparecer a los cuatro soldados aquel 10 de octubre de 2016 en uno de esos tantos caminos escabrosos.
La zona del Molino era un punto estratégico para la pandilla. Era una de las principales salidas que tenían los pandilleros para escapar hacia las montañas cuando los policías los perseguían.
Ese mediodía, muchos vecinos vieron cuando el grupo de pandilleros sometía a los cuatro soldados, pero en ese bastión de la MS hablar es sinónimo de muerte, según las fuentes policiales que patrullan desde hace varios años en la zona.
Los militares iban en fila con las manos en la cabeza y con un paso ligero. Los introdujeron en la montaña y, al llegar a un lugar donde los mareros acostumbraban fumar marihuana y planear crímenes, golpearon a los soldados y amarraron sus manos con las cintas de sus zapatos.
Luego siguieron la ruta donde pasaron por la primera vivienda. Siguieron en una reducida vereda hasta llegar a un bordo de tierra donde los pandilleros tenían visibilidad para toda la quebrada.