Ni las sequías provocan tantas pérdidas a cañeros como las maras

De un día a otro, los pandilleros exigen hasta $3,000 a un productor y, si no acepta, le queman su cañal.

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Las maras pueden llegar hasta hacer quebrar a pequeños cañeros con sus extorsiones y quema de los cañales, dicen algunos productores. FOTO EDH/Archivo. / Foto Por Archivo

Por Jaime López

2019-05-29 4:00:58

Ni siquiera las sequías que son devastadoras en todos los cultivos y al igual que las plagas causan tanto daño o pérdidas al sector cañero salvadoreño como los grupos de pandillas que operan a nivel nacional, asegura un administrador de cañales en el departamento de La Paz, que por su seguridad pidió no ser identificado.

En el sector no solo hay propietarios de decenas de hectáreas de cultivo, también hay pequeños productores que para subsistir dependen de créditos y los extorsionistas los hacen quebrar.

“Un problema grande que tenemos aquí (en los cañales) es la delincuencia; eso es tremendo y crítico, en esta actividad es muy común que un delincuente se acerque a uno y le diga: ´tráeme 3,000 pesos ($3,000) para mañana y sino te voy a quemar esta m´.”, afirmó el mandador.

Relató el caso de un productor que faltando un mes para entregar su cosecha al ingenio le quemaron 20 manzanas de caña, con lo que le causó pérdidas estimadas en $25,000.

La situación se agudiza cuando el precio de la caña de azúcar en la actualidad no es de los mejores: unos $26 por quintal, pues para defenderse o recuperarse de los malos precios, debe venderse a unos $34 o $42.

De acuerdo con estimaciones, la actividad azucarera provee al menos de 50, 000 empleos directos y unos 250,000 empleos indirectos.

El vocero del Plan de Seguridad para la Producción Agropecuaria por Sector Productivo, Luis Felipe Trigueros manifestó que por la naturaleza del delito (extorsión) y el temor de la gente a denunciar, no se manejan estadísticas oficiales del flagelo, sin embargo, estimó que “el delito ha disminuido considerablemente”.

CañerosLos transportistas que mueven la caña hacia los ingenios también son blanco de los extorsionistas. FOTO EDH/Archivo.

Entre tanto, en La Paz, hay varios pequeños productores con diez manzanas de cultivo, que sin problemas de delincuencia sobrevivirían aún con las inclemencias del tiempo, pero no, sí un delincuente llega y le exige $2,000 y que debe entregarlos en 24 horas. En esas circunstancias, lo hace quebrar, porque al no satisfacer su demanda, el hampón procede a prenderle fuego al cañal y lo deja de brazos cruzados, explicó un labriego.

“Supe de un productor que en junio le quemaron el cañal, se lo acabaron, porque en esas condiciones, ni siquiera para el ganado quedó el cultivo”, explicó. “Todo mundo dice, la gente que tiene cañales, tiene pisto (dinero) eso no es cierto”, señaló. El mandador se refirió al caso de otro cañero, a quien le mandaron a pedir $5,000 con la advertencia de que si no los entregaba, lo iban a matar. Estos casos suelen suceder cuando se les muere un pariente, un compinche o necesitan pagar un abogado que saque de la cárcel al cabecilla de la mara.

Aclaró que ese monto es aparte de la suma que regularmente el productor debe entregar por la extorsión ($300 mensuales), suma que solo le da “derecho” a ingresar a sus terrenos a realizar trabajos y cosechar.

El vocero del Plan de Seguridad reconoce que las extorsiones “afectan, porque a veces el pago de una extorsión debe sumarse a los costos de producción”.

Sin embargo, estima que las autoridades “están haciendo una importante labor combatiendo este y otros delitos”.

Pero, pese al combate de los delitos, el cañero tuvo que huir del cañal cuando le pidieron una suma de dinero que no tenía. En su relato el productor regresó a su cañal cuando creyó que la amenaza había pasado.

Aunque el tiempo había pasado y la víctima había escapado, a su regreso los pandilleros estuvieron prestos y lo interceptaron; le hicieron de nuevo la exigencia del dinero, “´Yo no te puedo dar ese dinero si no lo tengo´, dijo. El pandillero le contestó: ´vos crees que porque te fuiste no íbamos hacer nada´ y lo empezaron a tomar de pato hasta que se lo terminaron (lo hicieron pagar)”, relató el productor.

Para referirse a las maras, los cañeros hablan de los grupos de “letras” y “números”, que traducido implica la MS y la 18, las dos extorsionan “fuertes sumas de dinero” y hasta el cabecilla demanda un monto adicional.

La gremial reconoció que hay diferentes modos de extorsión, utilizan diferentes métodos: llamadas telefónicas, envío de mensajes con personas que trabajan cerca de la víctima.

El sector cañero aporta algún equipo a la Policía para que puedan apoyarlos en la labor de seguridad de la zafra. Foto EDH / archivo

A pesar de estos obstáculos, los cañeros se las ingenian para lograr sus objetivos, porque trabajan bajo amenaza constante.

Trigueros no precisó el monto total por extorsiones que paga el sector, “no existe una estadística que permita determinar un monto que sumen todas las extorsiones porque la gente evita denunciar”.

El agremiado lamentó las represalias cuando no se paga la extorsión, pero “es de reconocer el trabajo que la Policía y Fiscalía hace para reducir el flagelo.