Serportero.com es una iniciativa que busca formar porteros y buenas personas. Con una metodología única, el español Ernesto García está muy orgulloso de lo que ha logrado, pero se siente aún más pleno al saber que cada día forma chicos con más poder para encarar la vida en América Central, África y España. Compartió estas y más experiencias en una reciente visita a El Salvador, gracias a College Cup.
¿En qué consiste su proyecto?
Son 17 años ya, primero como futbolista y luego como entrenador, aunque la palabra entrenador me la voy quitando para poner mejor maestro. ¿Por qué? busco enseñar a porteros, estoy comprometido con la formación. La gente se olvida que para ser profesional hay que formar primero. Llevo 6 años con mi centro de formación, hay 4 en España, luego hay 2 en Malí que son más una acción filantrópica, luego 3 más en Guatemala; espero tener otros 3 más en Chile. Serportero.com busca la trascendencia del portero; por eso el nombre lleva “ser” antes que el nombre de la profesión. Más que enseñarles a parar balones busco que chicas y chicos sean solidarios, unas buenas personas.
¿Qué caracteriza a su metodología?
Esta funciona para trabajar tanto con un niño de 7 años como con un profesional, con dos matices: la intensidad física y la dificultad técnica. En nuestro método en la preparación de los porteros no hay filas (esperando turno); todos están pendientes de una actividad al mismo tiempo, todos tienen algo qué hacer. Todo esto me permite construir una realidad, todos están en el mismo foco, nadie se distrae. En 4 o 5 días un portero cambia su manera de actuar. El portero por su responsabilidad en el campo debe ser alguien que tome decisiones correctas, que sepa gestionar e interpretar el juego para brindar seguridad a sus compañeros. Nuestro eslogan: tu mente controla tu parada.
¿Cómo fue su carrera como portero?
Crecí en un equipo de barrio, luego me llamó el Real Madrid, tenía 16 años mientras estaba ahí, pero el Barcelona me ofreció en ese tiempo estar con ellos y estuve en las fuerzas básicas azulgranas hasta los 21 años. Luego me fui al CE Sabadell, luego UD Las Palmas y luego fui entrenador de porteros ahí. No he sido nadie importante como portero, pero sí que saqué provecho para poder enseñar algo a los chicos.
¿Qué es lo más complicado de enseñar a los chicos?
Yo puedo hacer que un chico salte vallas y tirarle balones, eso no es difícil, pero yo trabajo para que los chicos comprendan lo que hacen, que no sean robots. Les doy instrumentos para que sepan elegir. Tienen que desarrollar la atención, desde la estructuración de los mensajes, tenemos medidas correctivas, pautas de comportamiento y estrategias de comunicación, el canal de transmisión de mensajes está garantizado. Todos mis entrenadores estuvieron conmigo desde pequeños, ahora tienen veinte años y mira que nos entendemos.
¿Qué diagnóstico ha hecho de los chicos acá en El Salvador?
Para mí hay tres cosas fundamentales. Una cosa es poder, tener la capacidad física, y eso hay acá. Pero después de poder viene el querer, y he visto mucha hambre en los chicos de acá. Y luego está el saber, que es donde hay que trabajar y mucho porque se necesitan de profesionales con conocimientos que puedan desarrollar el talento. Para poder hacer crecer al portero debe aumentar la reflexión, la curiosidad, las ganas de aprender. Yo sigo formándome para poder enseñar, en eso no paro.
Un referente filosófico y un referente académico.
A nivel filosófico, mi padre, Antonio García, por la mentalidad resiliente, por el empuje, ha sido una persona emprendedora en la vida. A nivel académico, deportivo, tengo a tres entrenadores con quienes me gustaría tomar un café y aprender, tuve la dicha de poder estar en campo con Guardiola y poder aprender entrenando. Me encanta Bielsa, Pep y Luis Aragonés, aunque con este último ya no pueda ser. Hay muchos líderes, y de distintos rubros, pero lo que realmente identifica a todos es la autenticidad, eso valoro de todos ellos, que se muestran tal cual son, eso no miente.
Ser portero es…
Hay que ver la diferencia (con el resto de jugadores) como una cualidad. Hay gente que piensa que el portero es el que no sirve para jugador de campo. Es gordito, es más alto, va portero… cualquier chico que desee ser portero ya tiene un rasgo de valentía. En estos niños, que elijan uno de los puestos más ingratos que hay, ya me dice mucho de ellos. Ya tienen un gen importante de valentía y de personalidad. Ser portero es una cualidad que hace la diferencia.