Fabio Castillo: “No veo por qué El Salvador no puede tener buenas relaciones con Estados Unidos y China”

El excoordinador del FMLN celebra que el país se acerque a China y abordó las críticas hacia el gigante asiático. También pidió que la diplomacia salvadoreña se lleve con dignidad y autonomía.

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Foto EDH/Jonathan Tobias

Por Ricardo Avelar

2019-05-21 6:00:44

El excoordinador del FMLN, Fabio Castillo, es uno de los más férreos defensores de que El Salvador tenga relaciones diplomáticas con China. En vista de esta postura, El Diario de Hoy le abordó para discutir algunos de los argumentos de quienes previenen los riesgos de acercarse al gobierno chino. Esto es lo que contestó:

A nueve meses de la decisión, ¿cómo ve la apertura de relaciones diplomáticas con la República Popular China?

Es un paso que me dio satisfacción, y creo que mucho se habían tardado en llegar a esa decisión. Me sorprende la reacción de Estados Unidos, pues hay cerca de 170 países en el mundo que tienen relación con ambos países y no hay ningún problema. En estos países, ni Estados Unidos interfiere, ni China interfiere. No veo por qué en El Salvador no se pueden llevar paralelamente buenas relaciones con ambos países.

Yo estuve recientemente en China y en Pekín conversé con algunas autoridades del ministerio de relaciones exteriores. Vengo satisfecho con algunas cosas que me dijeron: la primera es que la cooperación de China se va a dar siempre cualquiera que sea el partido que esté en el gobierno.

Han establecido cooperación no solo de estado a estado, sino de pueblo a pueblo y están dispuestos a seguir colaborando con el pueblo, estado y gobierno. En este caso con el gobierno de GANA-Nuevas Ideas y después de cinco años con el que gane la presidencia. Me garantizaron otra cosa que me pareció interesante: que están dispuestos a hacer conjuntamente programas para el beneficio del pueblo salvadoreño.

Me llamó la atención porque estamos viendo que nos hacen propuestas de cooperación, ayuda y fortalecimiento de relaciones comerciales, diplomáticas, culturales, etcétera. Y de Estados Unidos recibimos constantes amenazas de que nos cortan la ayuda, rechazan a los migrantes y otras represalias. Si el gobierno de Estados Unidos nos está enviando esos mensajes negativos de cortar ayuda, rechazar y expulsar a migrantes, por qué estamos empeñados en romper relaciones con China.

¿Entonces El Salvador debería mantener la decisión actual?

Se pueden mantener perfectamente bien las dos relaciones diplomáticas (con EE. UU. y China) simultáneamente y se puede sacar el mayor provecho de la cooperación de ambos.
El único principio que los chinos mantienen en política exterior es el reconocimiento que China es una y la población de Taiwán está representada por el gobierno de China. Nosotros hemos tenido relaciones con Taiwán por 80 años, creo. Me parece curioso que estemos conscientes que los gobiernos de Taiwán han procurado prostituir a los gobiernos de Centroamérica a través de sobornos y haya gente que prefiera que tengamos relaciones con Taiwán y no con China entera. Es un absurdo.

La República Popular China representa a 1,400 millones de habitantes y Taiwán presume representar 23 millones de personas; no hay comparación con las ventajas de una relación y otra. Con Taiwán puede haber relaciones comerciales, pero el vínculo diplomático debe ser con China.

Una de las críticas a los chinos es que otorgan préstamos significativos a países sin capacidad de pago y luego les ahogan con intereses, embargos o condiciones de dependencia. ¿Está en ese riesgo El Salvador?

Me parece rara la crítica. Los préstamos pueden ser de dos tipos, de estado a estado o de entes privados a particulares. En el caso de créditos de estado a estado, esto no da lugar a un embargo o un juicio ejecutivo. Y si se otorgan préstamos a particulares, no creo que los chinos den créditos a particulares para embargarlos o quedarse con sus bienes. Si no han podido pagar sería porque invirtieron en bienes que no producen.

Pero hay casos donde la intervención china ha generado dependencias y relaciones desiguales de poder. Se habla de países africanos como Yibuti…

Hablemos de Yibuti. Es el único sitio donde los chinos tienen una base militar mientras que Estados Unidos tiene como 800 a nivel mundial. A mí me dijo un funcionario del gobierno chino: “nosotros tenemos la ventaja de que no gastamos en bases militares. Nosotros ocupamos ese dinero en promover la inversión y el combate a la pobreza y promover la educación y el progreso tecnológico”.

Postura

“Somos un pequeño país. Tenemos como 6 millones de habitantes. No podemos pretender tener posición de poder internacionalmente ni frente a EE. UU., China, ni Rusia. Tenemos que tener una posición de dignidad. Eso sí, la misma dignidad debemos tener en las relaciones con EE.UU. y con China”.

Fabio Castillo, excoordinador del FMLN

¿Qué hay de críticas como el ciberespionaje y la tecnología invasiva?

Mi impresión es que lo que les ha pasado a quienes critican el gran progreso chino en materia de comunicaciones es la molestia de que los países occidentales nos hemos quedado atrás. La industria china va muy por delante de lo que hace Estados Unidos y Europa occidental. Hay un miedo de parte de los productores occidentales a la competencia con los chinos. Y una de las bases del capitalismo es precisamente la libre competencia.

Lo que ha hecho Trump de iniciar una guerra comercial con China es en contra del capitalismo, pero está en su derecho de promover este tipo de medidas, pero no se deben quejar de que otros países tomen ese tipo de medidas con ellas.

Otra crítica es que los inversionistas chinos traen a su gente y gran parte de los frutos de este trato vuelven a China sin impactar el lugar de origen…

Con respecto a si vienen inversiones chinas con sus patentes, bienvenidas sean, pues son expresiones de adelantos de varios tipos. En cuanto a los empleados chinos capacitados en áreas que aquí no hay, bienvenidos, pero nuestras leyes regulan que deben darse prioridad a los salvadoreños y donde no haya salvadoreños formados los que invierten deben formarles. A esta relación no le veo más que beneficios. Además, esa crítica no la he escuchado nunca con respecto a inversión de EE. UU.

¿Cómo se debe proceder cuando esta relación pone en riesgo nuestro vínculo con Estados Unidos?

Es que no lo pone en riesgo. Este es un problema creado por los Estados Unidos. Cuando establecimos relaciones con China, lo hicimos de la misma forma que ellos hace muchos años, con negociaciones discretas y rompiendo relaciones con Taiwán. Nosotros hemos hecho lo mismo que hicieron los Estados Unidos o que hizo Francia -la primera gran potencia que estableció relaciones con China. No veo por qué crear un problema cuando hemos seguido su ejemplo.

¿Cómo negociar con China desde una posición de relativo poder?

Somos un pequeño país. Tenemos como 6 millones de habitantes y otros tres en el extranjero. No podemos pretender tener posición de poder internacionalmente ni frente a EE. UU., ni China, ni Rusia. Tenemos que tener una posición de dignidad. Eso sí, la misma dignidad que reclamo para las relaciones con Estados Unidos la reclamo para con China, pero hasta este momento, este último país no ha tenido injerencia en los asuntos internos de El Salvador.

En mi visita a China me di cuenta de una cosa: China en su política exterior tiene una actitud que las cosas le pasan una vez. Aprenden con la primera. Tenían relaciones con Nicaragua, llegó doña Violeta (Chamorro, presidenta de 1990 a 1997) y rompió relaciones. Después de eso Nicaragua ha hecho lo imposible por volver a establecer relaciones y los chinos dicen “no, no me va a volver a pasar”.

Yo no quisiera que nos pasara lo mismo, que rompiéramos relaciones con China y tengamos que esperar que sean la primera potencia del mundo y querer volver a establecer relaciones. Creo que el presidente Bukele es una persona muy inteligente y que va a velar por los intereses de El Salvador. Dentro de sus atribuciones está dirigir la política exterior de El Salvador y debe hacerlo a conveniencia de los salvadoreños. Si bien puede romper relaciones con cualquier país no creo que lo haga con respecto a China vistas las ventajas que esto traerá.

¿Es posible sacar lo mejor de ambos socios, China y EE. UU.?

Sí, así lo hacen 170 países. Lo expongo porque me lo dijo el viceministro chino de Relaciones Exteriores para América Latina: “Estamos dispuestos a tener programas en conjunto con EE. UU. de apoyo a El Salvador”. Preguntemos a Estados Unidos si está dispuesto a tener estos programas.

¿Y si EE. UU. amenaza con cortar la ayuda si nos acercamos a China?

Pero eso ya nos lo dicen, ya nos están amenazando que suspenden ayuda por cualquier motivo. Yo espero que el presidente electo no se deje doblegar ni chantajear por ningún gobierno. No me refiero solo al de EE. UU. sino también a la misma China.

En su visita reciente a Estados Unidos, el presidente electo dejó entrever que sigue analizando la decisión de abrir relaciones con China…

Lo primero que yo sentí cuando (Bukele) dijo que había que fortalecer relaciones con EE. UU. fue satisfacción. En efecto hay que fortalecerlas pero no a cualquier precio, no a costa de la soberanía ni la dignidad nacional. Como le digo, él tendrá atribuciones para dirigir la política exterior y él puede romper relaciones con China o hasta con EE. UU., no sería el primer país de Latinoamérica en hacerlo, pero hay cosas que no se pueden hacer como ofender al pueblo o gobierno chino o de EE. UU. Los desaires y desprecios que se han hecho al gobierno y la embajada china no me gustan. Creo que deben mantenerse dentro de los límites de la elemental cortesía diplomática.

¿Qué le sugeriría al presidente electo?

Yo estuve en China hace veinte años, en Pekín y en Shanghai. Uno llega y siente el impacto de 5,000 años de historia, cultura, civilización y espiritualidad. Pero en aquel momento yo sentí el peso del pasado. En esta ocasión he sentido la proyección al futuro. Los chinos progresan indefectiblemente a ser la primera potencia mundial en aspectos tecnológico, científico, cultural. Y tenemos que tener vínculos con ellos.