El caudillo

Si tienes dudas sobre quién es el caudillo y el presidente, o si el caudillo cumplió con el pueblo, la respuesta solo la tienes tú, y si eres de los que hace lo que piensa, no te lo preguntes más.

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Por Jonathan Navrr

2019-05-11 10:40:16

A menudo nos encontramos con la paradoja que las cosas que hacemos no son conforme a lo que decimos, y el reto de actuar conforme a nuestra forma de pensar no es para todos simple.
Esta historia trata sobre un escritor y el Presidente de su país. El escritor hacia su trabajo: dirigirse al pueblo a través de una pluma y un papel, con tal espontaneidad y carisma, que con facilidad se convirtió en el caudillo del pueblo con más aceptación que el presidente mismo, mientras que el Presidente hacía lo propio, es decir, gobernar conforme el suponía que había prometido.

Durante el gobierno del Presidente, el escritor dirigió cuatro cartas a casa presidencial: La primera decía: “Señor presidente, durante su gobierno me dirigiré a usted por medio de cartas, con el propósito de recordarle cuáles fueron sus promesas de campañas, y no olvidará que la primera fue garantizar trabajos para todos. firma: el caudillo”. Cuatro años más adelante, el Presidente se dirigía al pueblo diciendo: “Les prometí trabajo para todos, y hoy entrara en vigencia la ley de incentivos fiscales, por medio de la cual, vendrán mayores inversionistas, y con ello fuentes de empleos para todos”.

Cuatro años atrás, el caudillo con su pluma y su papel, se volvió aún más popular entre el pueblo, que identificado con su forma de pensar, pedía de su caudillo que invitara al presidente a tomar acciones respecto de los servicios de primera necesidad, y fue así que la segunda carta era más que un recordatorio, una súplica que decía: “Señor presidente, escasea el agua, y los pacientes en los hospitales fallecen; le suplicamos que los ponga en manos de la administración privada, regulándolos de tal manera que no haya abusos del mercado. firma: el caudillo”. Cuatro años después, el presidente anunciaba el incremento del presupuesto en el sector salud, y creaba una autónoma especializada para la administración del agua potable.

Hace cuatro años, el pueblo frustrado exigía a su caudillo imponerse al Presidente, y recomendarle cómo solucionar el problema de educación y seguridad que tanto se había olvidado, y fue que escribió su tercera carta: “Señor presidente: es imperioso que genere leyes para erradicar la delincuencia, preparar a la Policía Civil para combatirla, y mejor el sistema de educación de tal manera que las nuevas generaciones estén preparadas para olvidar la violencia. firma: el caudillo”. Cuatro años más adelante, el Presidente se dirigía al pueblo: “Hemos tomado las medidas necesarias para combatir la corrupción, por medio de la creación del Instituto de Transparencia, que cristaliza el actuar y las finanzas de los empleados públicos”.

Cuatro años atrás, el pueblo suplicaba al caudillo que tomara los vestigios de casa presidencial, llevándolo en hombros a gobernar el país, y así escribió la última carta: “Señor Presidente, es hora de que ocupe su lugar, me aseguraré de cumplir todo lo que usted no pudo, y llegar a las necesidades del pueblo. firma: el caudillo”. Y fue entonces, que cuatro años después, el Presidente dejando su salón Presidencial le preguntó a su asistente: “¿Crees que haya cumplido con lo que le prometí al pueblo? O ¿fui acaso uno más de los que critique?”.

“Señor presidente -le respondió su asistente-, usted hizo lo que estuvo a su alcance estos años. Retiremos la cosas que hacen falta y vamos, que es hora de la entrega”. El presidente advirtió que olvidaba una caja cuyo contenido desconocía, y su asistente le dijo: “Es donde desde siempre se ha guarda la correspondencia dirigida al Presidente”, pero el Presidente nunca guardó una carta en esa caja. La abrió y con asombro, al reconocer su letra, se dirigió a su asistente diciendo: “Creo que ahora sí cumplí al pueblo”. Su asistente le dijo: “De cualquier manera le aseguro que usted seguirá siendo su caudillo”…

Si tienes dudas sobre quién es el caudillo y el presidente, o si el caudillo cumplió con el pueblo, la respuesta solo la tienes tú, y si eres de los que hace lo que piensa, no te lo preguntes más y esfuérzate en ser firme en tus convicciones, pero si descubres que vives una paradoja, exige de ti lo que exiges de los demás.

Abogado

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