Un niño de nueve años fue acusado de disparar y matar a su madre, Puline Randol, de 51 años, en su casa de Fawn River Township, una localidad del estado de Michigan en Estados Unidos.
El hecho ocurrió el lunes pasado y ha conmovido a todo el país norteamericano, las autoridades están investigando porque aún no está aclarecido la situación.
“Decía que tenía miedo de estar criando al próximo asesino en serie de Estados Unidos”, había dicho la víctima a su hija Harley Martin, de 27 años.
Después de haber disparado contra su madre adoptiva, el menor se sentía desorientado, según las declaraciones de Martin.
“No sabe lo que ha hecho. No entiende lo que está pasando ahora. No entiende por qué no puede venir a casa”, ha afirmado Martin a varios medios, según publicación de The Times.
Al parecer, el niño padecía varios problemas psicológicos que no habían sido tratados correctamente. “Sé que ella todavía le quiere y sé que no querría que la gente pensara mal de él”, declaró Martin.
Además, dijo estar segura que el amor que Puline sentía por el niño era tan grande que a pesar del comportamiento lo volvería adoptar para intentar “ayudarle”.
Por ahora, las autoridades se esfuerzan en aclarar el estado psicológico del menor, con el fondo de los testimonios de vecinos que afirmaban que el niño era violento.