El municipio de Jerusalén es un pueblo pequeño en el departamento de La Paz, donde todos sus habitantes en el casco urbano se conocen. Por eso, muchos pobladores aún no creen que seis de sus vecinos masacrados en una vivienda hayan sido pandilleros o colaboradores de la Mara Salvatrucha, como lo afirmó el miércoles 8 de mayo el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto.
Los lugareños aseguran que en el casco urbano no hay pandilleros; y por eso, dicen, que en 30 años no se había cometido un solo asesinato en esa zona. Y así es: los registros de la Policía testifican que en los últimos cinco años, solo se han cometido siete homicidios en los cantones y en las afueras del pueblo.
El último fue el 7 de abril de 2018. ocurrido en el cantón El Conacaste, donde un hombre fue ultimado a machetazos. Ese fue el único homicidio cometido en el todo el municipio.
En 2017 hubo tres asesinatos: el 5 de octubre en las afueras del pueblo, en la calle que conduce al municipio vecino de Verapaz, dos hombres fueron asesinados. Uno de ellos era el esposo de una fiscal. El otro homicidio no fue documentado por los periodistas, pero sí aparece en los registros policiales. En 2016 hubo uno y en 2015 se registraron dos.
Jerusalén se encuentra dividido en cinco cantones y seis caseríos. Los cantones son: El Conacaste, El Espino, Los Romeros, Veracruz Abajo y Veracruz Arriba.
Pero la relativa paz con la que han vivido por décadas los habitantes de Jerusalén se rompió de tajo el martes 7 de mayo a las 9:45 de la noche, cuando los vecinos se enteraron de que seis hombres que se encontraban tomando licor habían sido ejecutados en el interior de una casa situada en la colonia Misericordia. Todos fueron amarrados de sus manos y tenían un disparo en la cabeza.
De las seis víctimas, solo cinco fueron identificados, entre ellos: Juan Antonio Córdoba Meléndez, de 27 años; Clemente Antonio Henríquez, de 47; Ricardo Esaú Córdova Henríquez, de 18; David Barahona, de 21; y Saúl Elíseo Villalta, de 35. Otro hombre, que era originario del cantón San Juan Buena Vista, no fue identificado. Los demás vivían en las casas de los alrededores donde se cometió la masacre.
El director de la Policía informó horas después del múltiple crimen que al menos tres de las víctimas estaban perfiladas como pandilleros de la Mara Salvatrucha, y los otros podrían ser colaboradores, detalló Cotto.
Agregó que “dos de los individuos asesinados habían salido hace poco de prisión de enfrentar condenas”.
De lo que sí están seguros los vecinos es que las seis víctimas eran hombres que acostumbraban a tomar mucho licor por varios días. Varios de ellos hasta terminaban dormidos en cunetas y en el parque, según lo confirman los oriundos.
A Clemente, de 47 años, lo conocían como un hombre que trabajaba mucho la tierra, tenía hijos adolescentes y esposa. Los vecinos aseguran que no era pandillero. Saúl tampoco lo era, pero sí le gustaba presumir que había cometido varios delitos y hasta homicidios.
Juan y Ricardo eran primos, y junto a David eran los más jóvenes. De estos últimos los vecinos no tienen muchos datos, por eso tampoco descartan que sean colaboradores de las pandillas, pero en otro lugar y no en el pueblo de Jerusalén.
El casco urbano del pueblo de Jerusalén se recorre en menos de diez minutos, es un lugar pequeño de casas construidas con ladrillo.
En las afueras hay un relativa pobreza y la gente vive de trabajar la tierra y en el rubro de la siembra y corta de caña. Otros viven de la remesa familiar y otros negocios. Su población no sobrepasa los 3,000 habitantes.
La masacre de los seis hombres era lo más comentado por los habitantes del pueblo, quienes celebraron el pasado 6 de abril el final de las fiestas patronales en honor al Patrono Jesús del Triunfo.
La masacre que ha sorprendido a los habitantes del municipio de Jerusalén
Seis residentes del municipio de Jerusalén, en La Paz, fueron amarrados y luego ajusticiados mientras departían en una vivienda en el municipio de Jerusalén, en La Paz. Los lugareños niegan que se trate de pandilleros como al policía ha afirmado. A las víctimas se les conocía como agricultores que les gustaba tomar bebidas alcohólicos.