Sebastián Abreu: “Ser entrenador superó todo lo que me imaginaba”

Entrevista: El flamante DT uruguayo habló de todo con EDHDeportes: las tensiones de un técnico, sus referentes en el banquillo y sus ganas de entrar a jugar en la final contra el Audaz y hasta de su planificación de retiro como jugador

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Por Gustavo Flores | Twitter: @Gusflores21

2019-05-03 10:00:18

En las canchas de la Federación de Fútbol, donde el Santa Tecla itinerante hace su práctica, hay un entreno inusual. Se escuchan las indicaciones en el silencio nocturno de Colonia Escalón pero el que da las órdenes no está afuera del campo. Esta ahí adentro, corriendo, jugando, definiendo. Es el Loco Abreu, el hombre récord de equipos en FIFA, que hizo su debut como entrenador en la liga salvadoreña, sin haberse retirado todavía como jugador.

-Un partido como DT, un título. Mejor imposible
-Primero, siempre me gusta aclararlo, acá nadie viene a sacarle mérito a lo que Cristian Díaz realizó, que él fue quien trasladó al equipo a la final. El destino, la casualidad, la causalidad, vaya a saber qué, me depositó a mí en esta linda responsabilidad, que tenía un arma de doble filo porque si se perdía, también debía absorber esa situación. Pero encontré un plantel ganador, conocedor de finales. Y nos pudimos adaptar a las circunstancias del partido, que tenía connotaciones especiales, y más aún después de llover. Supieron lidiar con esa situación y poder lograr un bicampeonato.

Tras haber sido campeón de Liga y Copa con Tecla, Washington Sebastián Abreu se acaba de consagrar campeón de Copa como entrenador, un título que tuvo repercusión en el mundo. Tras el entreno, la planificación con sus colaboradores y una ducha rápida. Luego, distendido, con ganas de platicar y sin apuros, el Loco repasa su vertiginosa llegada a El Salvador con EDH Deportes.

-¿Habías hablado en la previa de la final con Cristian Díaz sobre el plantel, sus virtudes y defectos?
-Tenía la intención pero fue todo a las corridas y sin la experiencia de ser entrenador. El que se encargó de tener toda la información fue el profe Facundo Altamira. Estuvo en constante comunicación con el preparador físico de Cristian para poder recabar la información desde adentro. Hubo mucha colaboración. Y uno trató de entender rápido como era su forma de entrenar y jugar. Porque creo que en esta etapa, uno tenía que llegar a ayudar, a darle secuencia a lo que venía realizando el equipo. Venían de menos a más, habían salido campeones del torneo anterior. No era venir a querer cambiar todo sino darle seguimiento a lo bueno y modificar algún matiz o característica por la filosofía de uno, pero algo mínimo porque tampoco quería cambiar la estructura que el equipo tiene.

-¿El retiro como jugador está lejos?
-Dentro de mi planificación, que es un poco especial (risas), la idea es retirarme en diciembre de 2020. Es un tema personal de hace tiempo. Muchos me decían que era una locura pero a medida que se fue acortando el tiempo, ya lo empiezan a ver como una realidad.

-¿Por qué diciembre de 2020? ¿Se puede contar?
-Porque mi padre jugó hasta los 43 años y 10 meses. Entonces quiero jugar hasta los 44 y ganarle (risas).

-¿En algún momento de la final te dieron ganas de entrar?
-Todo el tiempo. El día previo, en los entrenamientos, los 90 minutos, todo. Es imposible. Uno no hizo el click o la transición de decir, listo, ‘terminé de jugar y empiezo a entrenar’ y la mente te prepara para eso. No. Acá sigo siendo futbolista.

-Tu llegada es por mes y medio como DT. Y se abre la chance de seguir en la doble función de jugador-entrenador.
-Los dirigentes me llamaron y me preguntaron si aceptaba el desafío de dirigir porque se iba Cristian pero ellos siempre tuvieron en claro que seguía siendo futbolista y para la próxima temporada, existe la posibilidad de una doble función. Quería que les quede claro que sigo siendo futbolista. Y les pedí “Si me van a hablar, primero me hablan como jugador”. Después, si optan por la doble función, se evaluará todo lo que viene desde la planificación de pretemporada hasta las competiciones.

-En los entrenos, sí cumplis con esa doble función.
-Es que, salvo jugar, la estoy haciendo. Entreno como un jugador más, normal, dando las pautas e indicaciones. Salvo el día antes del partido o el táctico, me entreno con el grupo. Además te hace bien, te hace liberar tensiones.

-Es ‘otro rollo’ el de entrenador.
-Claro, uno como jugador entrenaba a la mañana, iba a su casa, almorzabas, entrenabas a la tarde, de vuelta a casa y te preocupabas solo por vos. Hoy tenés que preocuparte por 25 formas diferentes de vivir y de pensar, que son los jugadores. Programar entrenamientos, viajes, alimentación. A mi me gusta mucho grabar los entrenamientos, te da la posibilidad de observar como entrenan los muchachos, ver reflejado lo que se realiza en entrenamientos el día del partido. Podérselos mostrar a ellos, los desglosamos, tenemos a Tony atento a nuestros pedidos. Les mostramos a los muchachos que lo que se practicó en el entrenamiento se ve reflejado en los partidos para tener un mayor convencimiento. Voy descubriendo cosas con Góchez, Alas, Facu, ellos son fundamentales.

-¿Era como te lo imaginabas estar del otro lado de la raya de cal?
-La semana sí pero el día del partido fue totalmente diferente a lo que uno pensaba o imaginaba. Lo superó totalmente. Es una adrenalina y una tensión linda, constante. Van surgiendo situaciones de partido, imponderantes… Hay que estar rápido para poder detectar lo que está sucediendo para que el rival no te gane de mano. Poder generar algún cambio táctico. Y también, más allá de la idea de juego que uno tiene, entender la situación del campo de juego. El otro día con la lluvia ya no había más juego, entonces tenes que ver qué hacer, formar una línea de 5, proteger el área. Bueno, esas son las cosas lindas que te va generando esto y que no lo tenías en el análisis previo.

-Bueno, hay dos cosas seguras que no imaginabas en tu debut como entrenador: el campo de juego y la tormenta que llegó.
-Todo muy raro. La charla técnica la tuve que dar en el ómnibus porque el tránsito no avanzaba. Entonces hablando con Facu, me dice ¿qué te parece si haces la charla aquí’. “Pero tenía unos videos preparados, una situación, pero dale juntemos al grupo atrás y damos la charla acá”, le dije. Y así ganamos tiempo para que puedan calentar antes de la final. La cancha no estaba buena pero nos adaptamos bien. Y cuando vino la lluvia, lo único que tenía de positivo es que ya habíamos hecho el gol, no teníamos la necesidad ir a buscar el resultado en esas condiciones.

-El partido tendría que haberse suspendido, eso está claro.
-Y no solo por la lluvia, sino por el peligro que generaba la tormenta eléctrica. El árbitro trató de llegar a lo reglamentario, a los 40’ y terminarlo ahí. Medio en broma, hablamos después en el vestuario, que me llega a pasar a mi estar perdiendo 1-0 una final y me lo cortan a los 40’, pero hasta ahora estoy en el estadio reclamando que quiero jugar los 5’ que faltan y los 4’ de prórroga. Tenía mínimo 8 o 9 minutos para ir a buscar el empate, estoy hasta ahora pidiendo jugar (risas).

-¿Con qué grupo te encontraste en Tecla? Subieron muchos jóvenes que no habían compartido equipo con vos.
-Es cierto y ahí Rodolfo Góchez es importantísimo porque él los entrena en reserva y es el que me pasa toda la info. Pero encontré un grupo en el que hay una química linda y positiva; un grupo ganador. Hay algo importante, han jugador las últimas siete finales y han ganado cinco y vos ves que no pierden el hambre de gloria. Se está generando una escuela ganadora en Tecla para los jóvenes que llegan.

-Cuándo se da la chance de volver al país, ¿qué fue lo primero que pensaste de El Salvador?
-Las conversaciones se estaban dando previo a la salida de Cristian para volver como jugador. Se va Díaz y al otro día me llaman. Y lo primero que se me ocurrió, que no sucedió, era entrar al estadio Las Delicias y dar la charla a los muchachos. Pero Las Delicias se está remodelando, entonces no pudo ser. También sabía que a tener aceptación y el cariño de la gente. Es lindo por todo lo que me ha tocado vivir cuando estuve fuera de El Salvador, en otros lugares, y la gente se enteró de la forma que me expresaba de este país. Y hablé lo que me tocó vivir. Tampoco que tenía que hablar de más para quedar bien. Entonces, llegar, ir a la calle, y que me digan “soy de tal equipo pero estoy contento de que vuelva al país” me alegra mucho, independientemente de que sean de FAS, Águila o Alianza.

-¿Los de Alianza también te felicitan a pesar de aquella final?
-Sí, es que tampoco fui en aquel momento de burlarme ni del rival ni de la afición, ni hacer en redes algo alusivo a quien le ganamos. Trato de transmitirle eso al grupo. El ganar no te da derecho a mirar por arriba del hombro a nadie.

-También esta copa era importante por el recuerdo de Vidal Hernández.
-Era un compromiso más que tenía el club y el plantel: entregarle la copa a la familia de Vidal por lo significó para Tecla y todo el fútbol salvadoreño.

-Imagino que te enteraste que la Selecta le ganó a Perú.
-Claro y me acuerdo que en la previa del partido había un poco de subestimar a lo que era el fútbol salvadoreño. Yo estuve en Chile, en radio FOX, y en la mesa había dicho, ‘no subestimen al fútbol salvadoreño, que técnicamente es muy bueno, está en un proceso de recambio interesante’. Y todos empezaron ‘que no, que desde el Mágico, nada’. Cuando terminó el partido, solo esperaba el momento (risas). Esto le hace muy bien al fútbol salvadoreño, pero no para estancarse y decir ‘ya está’. No, es para seguir con el crecimiento y tienen que convencerse que técnicamente el jugador salvadoreño es muy bueno. Hay que darle las otras herramientas, la parte profesional, lo de la alimentación, la nutrición, gimnasios para la parte muscular, seguir creciendo en la parte táctica, la posibilidad de seguir saliendo.

-Tuviste decenas de entrenadores en tus 28 equipos como jugador. ¿Podrías nombrar dos o tres claves?
-Dos o tres, no. Pero las escuelas que quiero seguir son un poco las de Roberto Saporitti, Daniel Pasarella, Hugo de León, Eduardo Acevedo, Cholo Simeone, Juan Manuel Lillo, el Maestro Tábarez, Miguel Angel Russo, Manuel Pellegrini. Y con mucho de ellos tengo contacto hasta hoy, les envio información y videos de los entrenamientos a alguno de ellos, para que me evalúen. Sé que me van a decirme algo así como ‘sé que queres seguir jugando pero no podés estar entrenando porque no ves el entrenamiento de la manera que tendría que ser’. Ya sé que me lo van a decir pero bueno estoy en esta etapa. Luego se verá…