Desde temprana edad aprendemos la importancia de las vitaminas para la salud en general y el papel clave que juega en este aspecto una alimentación balanceada, que incluya todos los grupos de alimentos, en especial frutas y vegetales.
En los últimos años, sin embargo, la vitamina C ha destacado por los múltiples beneficios que aporta, además de ser uno de los nutrientes más seguros y efectivos, según el portal webmd.com.
Por muchos años se ha considerado el remedio tradicional para prevenir el catarro. De hecho, dependiendo del caso, una buena limonada caliente o al tiempo es el clásico recurso de las abuelitas para paliar el malestar.
Sobre lo anterior, una publicación de efesalud.com explicó que aunque la evidencia no demuestra que su consumo pueda prevenir los procesos gripales, su ingesta regular —tanto en comprimidos como a través de alimentos— sí puede reducir la duración y disminuir la intensidad de los síntomas de un resfriado común. Pero eso no es todo, webmd.com aseguró que los beneficios de dicha vitamina incluyen además la protección contra las deficiencias del sistema inmunológico, las enfermedades cardiovasculares, los problemas de salud prenatales, las enfermedades de los ojos e incluso es muy usado en el campo de la belleza.
A lo anterior se suma el efecto positivo sobre los estados de ansiedad y el desánimo, los cuales mejoran de forma notable cuando se consume. Conoce más sobre este importante componente y aprovecha al máximo sus beneficios.
¿Cómo se toma la vitamina C?
La presencia de la vitamina C es muy importante en la dieta. No obstante, la nutricionista Laura González aclaró que el efecto preventivo que genera su consumo solo se produce cuando este es habitual, por lo mismo carece de efectividad cuando su ingesta se inicia una vez se padece el resfriado.
Otro dato relevante es que el cuerpo no puede generar esta sustancia química por sí solo y tampoco es capaz de almacenarla. Por ello se hace necesario incluir muchos alimentos que contengan esta vitamina en la dieta diaria, aconsejó la experta.
Su insuficiencia puede ocasionar diversos problemas de salud como sangrado en encías, anemia, inmunodepresión, dificultad en la cicatrización de heridas, piel áspera y descamativa o dolor articular.
Las carencias muy severas dan lugar al famoso escorbuto, que es una enfermedad grave que afecta principalmente a adultos mayores y desnutridos. “Es importante tener en cuenta que una cosa son las vitaminas que contienen los alimentos y otra muy distinta las que tomamos y cómo las absorbemos”, puntualizó González. La vitamina C, en concreto, es una de las más sensibles, por lo que el calor excesivo y la exposición al oxígeno pueden destruirla.
Según las condiciones en las que conservemos o cocinemos los alimentos, puede perderse gran parte de esta vitamina C de origen. Por ello, la experta considera que las mejores fuentes de vitamina C son las frutas y verduras que se consumen crudas y de temporada. “Con una sola naranja grande podemos alcanzar las cantidades aconsejadas para cada día, que serían alrededor de unos 70-80 miligramos al día”, sostuvo Laura González.
¿Qué alimentos la contienen?
La presencia de la vitamina C es muy importante en la dieta. No obstante, la nutricionista Laura González aclaró que el efecto preventivo que genera su consumo solo se produce cuando este es habitual, por lo mismo carece de efectividad cuando su ingesta se inicia una vez se padece el resfriado.
Otro dato relevante es que el cuerpo no puede generar esta sustancia química por sí solo y tampoco es capaz de almacenarla. Por ello se hace necesario incluir muchos alimentos que contengan esta vitamina en la dieta diaria, aconsejó la experta.
Su insuficiencia puede ocasionar diversos problemas de salud como sangrado en encías, anemia, inmunodepresión, dificultad en la cicatrización de heridas, piel áspera y descamativa o dolor articular.
Las carencias muy severas dan lugar al famoso escorbuto, que es una enfermedad grave que afecta principalmente a adultos mayores y desnutridos. “Es importante tener en cuenta que una cosa son las vitaminas que contienen los alimentos y otra muy distinta las que tomamos y cómo las absorbemos”, puntualizó González.
La vitamina C, en concreto, es una de las más sensibles, por lo que el calor excesivo y la exposición al oxígeno pueden destruirla. Según las condiciones en las que conservemos o cocinemos los alimentos, puede perderse gran parte de esta vitamina C de origen. Por ello, la experta considera que las mejores fuentes de vitamina C son las frutas y verduras que se consumen crudas y de temporada. “Con una sola naranja grande podemos alcanzar las cantidades aconsejadas para cada día, que serían alrededor de unos 70-80 miligramos al día”, sostuvo Laura González.
¿Sabías que mejora el estado de ánimo?
La Clínica Mayo hace énfasis en la sorprendente conexión que hay entre el consumo de vitamina C y el estado de ánimo de las personas, debido a que quienes no la tienen en suficiente cantidad suelen sentirse fatigados o deprimidos.
De acuerdo con esta institución, en estudios realizados con pacientes hospitalizados, que suelen presentar niveles de vitamina C más bajos de lo normal, se descubrió que sus estados de ánimo mejoraban después de que se les suministraba. Este mismo efecto puede ser aprovechado incluso por quienes no tienen niveles bajos, ya que dicho componente también disminuye los niveles
de ansiedad.
Según la Clínica Mayo, aún se necesitan más investigaciones, pero mientras eso ocurre recomienda comer muchas frutas y vegetales, como naranjas y pimientos rojos. En caso de que tomes un suplemento, sugiere no exceder el límite máximo de 2,000 miligramos de vitamina C por día. Y desde luego, antes de tomar cualquier compuesto, es importante consultarlo con un médico.
¿Puede dar belleza?
La vitamina C es un potente antioxidante que hace que la piel salga beneficiada. Por sí sola es muy inestable, pero bien acompañada da resultados excelentes. La experta en cosmética Marta Martí aseguró que la vitamina C “previene y corrige los primeros signos de envejecimiento” y logra suavizar las arrugas aportando “máxima luminosidad y vitalidad a la piel”. De ahí que surjan productos para pieles desvitalizadas y con primeros signos de envejecimiento a base de esta vitamina y colágeno, entre otros componentes.
La vitamina C es un producto estrella incluso en el momento de la exfoliación, “para enriquecer los tejidos”, explicó Felicidad Carrera, otra experta en belleza. Ella señaló a efesalud.com que a partir de los 35 años es imprescindible “para prevenir y mantener la juventud de la piel, ya que es un excelente antioxidante”.
Otro beneficio es la protección ante los radicales. En los lugares donde el invierno es bien marcado, en esa época la piel se vuelve más seca debido al frío y las calefacciones, se muestra más apagada y aparecen rojeces en nariz y cara. Suficientes razones para que los especialistas de la piel recomienden llevar una dieta rica en vitamina C y antioxidantes para promover, desde dentro, “la protección cutánea frente a los radicales libres”.
Por su parte el sito consalud.es describió algunas partes de tu cuerpo que pueden mejorar si consumes esta vitamina con regularidad.
1. Tendrás uñas largas y fuertes. Si ahora son débiles o se te rompen fácilmente, la solución es comer alimentos ricos en vitamina C. Es esencial para producir colágeno y por tanto, favorece el crecimiento de las uñas.
2. Ayuda con el cabello. La producción de colágeno es clave cuando alguien se somete a tratamientos para combatir la alopecia, pues estimula los folículos pilosos y promueve su crecimiento.
3. Retrasa los signos de la edad. La exposición solar en exceso tiene como resultado el aparecimiento de signos de envejecimiento prematuros, como arrugas o líneas de expresión. Para revertir los efectos nocivos del sol, el portal consalud.es sugiere incorporar al cuidado de la piel una crema o un sérum rico en vitamina C.
¿Cómo sacarle provecho?
González detalló que existen varios trucos para minimizar las pérdidas de vitamina C de los alimentos en su manipulación y elaboración:
– Compra hortalizas y frutas frescas de calidad con bastante frecuencia.
– Cuanto más próximo a la recolección sea su consumo, mayor será su valor nutricional.
– Almacena las frutas y verduras en lugares frescos, secos y alejados de la luz. El refrigerador ralentiza las pérdidas de vitamina C gracias a la temperatura de refrigeración que es, más o menos, de cinco grados centígrados.
– Las hojas verdes exteriores de las verduras contienen más vitamina C que las hojas blancas del interior, logrando contener casi el doble, por lo que es importante aprovechar estas partes externas para hacer cremas, sopas, etc.
– Limpia, corta, trocea o exprime frutas y verduras poco antes de cocinarlas o consumirlas. Intenta evitar tenerlas preparadas mucho tiempo antes.
– A la hora de cocinar los vegetales, es recomendable también hacerlo con la cantidad justa de agua: hervir primero el agua de cocción antes de introducir los alimentos y cocinarlos en el tiempo más breve posible.
– La cocción al vapor es la que mejor preserva las vitaminas de las hortalizas y, si sobra líquido del hervido (aunque la presencia de vitaminas -en especial de la C- puede ser pobre) siempre es aconsejable aprovecharlo para elaborar otros platos como cremas y sopas, ya que parte de los minerales pasan al agua de cocción.