Hace casi 500 años, los conquistadores llegaron al Golfo de Fonseca
En mayo de 2022 se cumplirán cinco siglos de la llegada de la flota de Andrés Niño y Gil González Dávila al golfo de Fonseca y al litoral del Rostro Fragoso.
El 16 de abril de 1519, en Barcelona, el rey Carlos I de España (y V de Alemania desde el 28 de junio) renovó los votos del cargo que antes juró ante las Cortes del Reino de Aragón y Castilla reunidas en Zaragoza, el 28 de enero.
Un día antes, el futuro emperador del Sacro Imperio había suscrito los 69 numerales de una real provisión que ordenaba una expedición por la Mar del Sur (océano Pacífico), desde Panamá hasta mil leguas al poniente y 200 leguas dentro de la tierra firme. Para organizar aquella flota realizó contrato con el piloto y armador andaluz Andrés Niño, así como el asiduo cortesano Gil González Dávila, a quien designó capitán de esa flotilla exploradora.
Para aquella empresa fue necesario reunir más de 3.5 millones de maravedíes, de los que el monarca aportó 4 mil castellanos (450 maravedíes cada uno), pero con lo cual esperaba obtener la vigésima parte para destinarlo a la redención de cautivos o esclavos en África, una quinta parte para pagarle al fisco real y partes iguales entre el emperador y Niño, quien aportaba más de 500 mil maravedíes y esperaba recibir 50 mil maravedíes anuales y el derecho a participar en futuras flotas que conquistarían los territorios a los que él llegara primero en aquella expedición, en la que no debía molestar a los indígenas ni a los lugares dominados por Portugal tras el Tratado de Tordesillas.
Con insumos alimenticios, armas, marinos y soldados, los barcos Victoria, Santa María de la Merced y Santa María de la Consolación levaron anclas del puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda, el 13 de septiembre de 1519, con destino a Castilla del Oro y Tierra Firme, como se le denominaba entonces al istmo de Panamá, no sin antes hacer viajes de repostaje en las islas Canarias, Santo Domingo y Jamaica.