Foto / Facebook Centro Gabo
Márquez entrevistó a Shakira cuando ella tenía 22 años, ya era un figura mundial y para él, una joven demasiado madura para su edad. Además, en su texto profetizó que esos años, serían solo el inicio de una larga y exitosa carrera.
“Con su rostro de niña perfecta y su engañosa fragilidad, tuvo siempre la certeza absoluta de que iba a ser un personaje público de resonancia mundial. No sabía en qué arte o en qué parte, pero no tenía una sombra de duda, como si estuviera condenada al fatalismo de una profecía”.
Y agrega: “Es difícil ser lo que Shakira es hoy en su carrera, no solo por su genio y su juicio, sino por el milagro de una madurez inconcebible a su edad. Cuesta trabajo entender semejante poder de creación compatible con sus trenzas negras de ayer, las rojas de hoy, las verdes de mañana. El año próximo será suyo: está previsto que entrará en discos y en vivo en los vastos mercados de Europa, Estados Unidos, Asia y África, donde millones de fanáticos la esperan cantando sus canciones en numerosos idiomas. Tiene más premios, trofeos y diplomas que muchas veteranas grandes. Se ve que es como ella quiso ser: inteligente, insegura, recatada, golosa, evasiva, intensa”.
La cantante y el Nóbel tenían una íntima relación de amistad. El último texto periodístico que Márquez escribió fue sobre la colombiana.
Este día, Shakira no dejó pasar la oportunidad para expresar el cariño que tiene hacia el escritor y lo importante que fue su presencia en su vida. La colombiana publicó un video en su cuenta de Facebook bajo el título: “Querido Gabo, te recordamos para mantenerte vivo”.
Además, recordó la entrevista que el escritor le propuso: “Yo puedo considerarme una afortunada cuando lo conocí a los 21 años en su casa en Bogotá porque quería escribir sobre mí. De verdad que no tenía ni idea por qué alguien como Gabo quería escribir sobre mí, nunca me creí tan interesante. En realidad la que quedé cautivada en ese encuentro fui yo, quedé cautivada por su sentido del humor, su calidez, su humanidad, su forma de hablar adornada de tantos aires costumbristas que solo a él le pertenecían”, dijo la artista.
Además, asegura que fue un honor cuando el ganador del Premio Nobel le pidió escribir dos canciones para la película que se basaría en su novela El amor en los tiempos del cólera, en esta ocasión escribió Hay amores y Despedida.
“Él lo dijo una vez, recordar es fácil para aquellos que quien tiene memoria y olvidar es difícil para los que tienen corazón y que sepas Gabo que mantenemos en nuestros corazones todo lo que dejaste en ellos y te seguimos recordando para mantenerte vivo”, finalizó la artista.
Foto AFP
García Márquez murió en Ciudad de México a la edad de 87 años, el 17 de abril de 2014, un Jueves Santo, al igual que Úrsula Iguarán, la matrona de “Cien años de soledad “.
Gabriel García Márquez tuvo durante toda su vida una estrecha relación con Cartagena de Indias, ciudad en la que el escritor nacido en 1927 en Aracataca, en el departamento del Magdalena, estudió Derecho unos meses, trabajó como periodista del diario El Universal y construyó una casa en la que a lo largo de su vida alternó estancias con su residencia de Ciudad de México.
“De todos modos yo sabía que no iba a ser abogado en ninguna parte. Sólo quería ganar un poco más de tiempo para distraer a mis padres, y Cartagena podía ser una buena escala técnica para pensar. Lo que nunca se me hubiera ocurrido es que aquel cálculo razonable iba a conducirme a resolver con el corazón en la mano que era allí donde quería seguir mi vida”, escribió en su libro de memorias “Vivir para contarla”.
Por eso sus cenizas reposan en el Claustro de La Merced, que hace parte de la Universidad de Cartagena, la misma en la que intentó completar su carrera de abogado pero pudo más su pasión por los oficios de escritor y periodista.
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