Denis Alfaro, el diseñador de la mega alfombra en Sensuntepeque

Por 36 años consecutivos, Dennis Alfaro ha sido el motor y la creatividad para hacer, cada Viernes Santo, la alfombra más grande del municipio de Sensuntepeque.

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Foto EDH/ María Navidad

Por María Navidad

2019-04-16 4:16:58

CABAÑAS. Detrás de la alfombra más grande de El Salvador está la creatividad de Hamilton Denis Alfaro Naves, quien desde 1983 se dedica a realizar los diseños y preparativos de la alfombra para Semana Santa, en el municipio de Sensuntepeque.
Denis nació en el Barrio Candelaria, municipio de San Salvador, y a los ocho años comenzó su gusto por el dibujo. “Cuando los profesores se dieron cuenta que me gustaba dibujar, la profesora me decía ‘Hamilton, ve a dibujar’. Me ponían en una pizarra de cinco metros de ancho; como yo era chiquito me ponían pupitres para que alcanzara”, recuerda Denis.
Alfaro dice que destacó por sus buenas calificaciones, todo el tiempo sacaba 10 y recibía premios. Pero, asegura que no por ser el mejor alumno sino porque ayudaba a sus maestros a dibujar. En su boleta de notas le colocaban aptitud por las artes plásticas.
“Me regalaron libretas para dibujar, colores, plumones, me daban todo tipo de materiales, yo encantado de la vida porque siempre me gusto todo eso, de ahí comencé a arrancar con el arte”, agregó Hamilton.
A los 18 años, durante la guerra en el país, por primera vez entró como aprendiz a una empresa de arte, donde hacía los diseños para las camisetas de batallones reconocidos como el Atlacatl y Belloso.
Luego trabajó en otra empresa donde diseñaba los anuncios de las vallas publicitarias colocadas en la carretera. Antes los dibujos eran hechos a mano y no en computadora, como en la actualidad.
Estudios
Por ser de escasos recursos Denis no pudo estudiar formalmente artes plásticas, pero a los 19 años intentó entrar a estudiar en la Escuela de Artes de San Jacinto. Para inscribirse debía hacer un dibujo con el objetivo de comprobar su talento. “A mí como me gustaba dibujar hice una mano idéntica”, dice.
Por su edad, al no haber estudiado antes y con su talento, los maestros pensaron que había sido reprobado en otra institución y fue rechazado. “Era primera vez que yo entraba y me dolió por eso, no me apoyaron”, expresó Hamilton.
Después de no ser admitido le vino un declive emocional y decidió aprender en la calle, y para ganarse la vida comenzó a andar de taller en taller.
Emigra a Sensuntepeque
En 1979 conoce a su esposa Esther, originaria de Sensuntepeque, con quien procrea su primer hijo y decide mudarse con ella.
Con su idea del arte, al mudarse pensó en poner un negocio de rótulos pero le salió otra oportunidad y empezó a trabajar de motorista y de pintar zapatos con pinceles de aire. Todo el tiempo trabajó de lo que fuera de la mejor manera.
“El arte siempre lo tenía adentro pero no podía extenderlo, iba a las librerías y compraba los folletos y ahí aprendí por mi cuenta, fui autodidacta, así me fui empapando del tema”, expresa Hamilton.
En 1984 realizó un préstamo para comprar un compresor, pinturas y todas las herramientas necesarias para instalar su primer taller.
Orígenes de la mega alfombra
En 1970 los hermanos de su esposa, conocidos como Los Alfaro, elaboraban alfombras de cinco metros enfrente de su casa, ubicada sobre la 1a. avenida Norte del casco urbano del municipio.
“Miraba cuando los cuñados (los Alfaro) hacían las alfombras pequeñas y me puse a ayudarles con los dibujos”, comenta.
Sus cuñados, al notar su habilidad por el dibujo, empezaron a dejarlo a cargo de los diseños; durante dos años más le acompañaron, después todo el trabajo quedó a cargo de Hamilton.
En 1986 cuando hacía su alfombra observó que cada vecino decoraba frente a cada casa. “Yo hacía un pedacito, la vecina otro y así entonces me puse a pensar por qué no nos unimos y hacemos una sola. Así nació la idea de unirlas”, agrega.
La primera alfombra fue de cinco metros, y cada año aumentaba su tamaño hasta que llegó a medir 300 metros, que equivalen a tres cuadras.
En 2004 se creó, por primera vez, lo que hoy se conoce como la mega alfombra de Sensuntepeque.
La extensión de la alfombra atrajo a los jóvenes de las comunidades aledañas.
Ahora los vecinos y amigos de Hamilton le ayudan a hacer colectas, rifas y ventas de comidas con el fin de recaudar fondos para todos los materiales.
Él aprendió a hacer alfombras retomando ideas de otros lugares, uno de sus referentes fue Guatemala y sus diseños hechos a base de aserrín.
Para los diseños debe hacer una prueba primero, y explica que “no a la primera me le sale bonito; desde noviembre estoy pensando, en las noches duermo y me despierto en las madrugadas y si me viene la idea me vengo a dibujar, sea la una o dos de la mañana”.
El “cerebro” de la tradición
Hamilton Denis es el líder de esta tradición y desde hace 36 años está a cargo de los diseño.
“Tengo que saber todo de la alfombra, una gota de pintura que se gaste, yo sé dónde lo van a gastar y dónde lo van a poner”, explica.
Para Ramiro Gallegos, Hamilton Denis no sólo hace los diseños sino que es el cerebro de esta tradición, “nosotros sólo lo apoyamos económicamente, pero él se encarga de toda la logística”, expresa.
Hamilton es un artista de 24 horas. “Siempre hago diseños distintos, no me gusta repetir. Lo novedoso es que le pongo luces en la noche, es lo que le gusta a la gente”, agrega Alfaro.
Para este año la temática será el cambio climático. Esta planeado hacer un monumento con la basura. Además del mensaje religioso, recordando a los visitantes el verdadero significado de la Semana Santa.
“Los niños le van a preguntar a los papás qué significa. El objetivo es que vuelvan a recordar las cosas de Dios. Tengo a Moisés con los 10 mandamientos, los niños que van a la iglesia saben pero la mayoría no. Quiero que los niños pregunten por qué ese hombre está con las tablas levantadas” expresó.
La mega alfombra es el legado que Hamilton Denis dejará a las próximas generaciones. No espera un reconocimiento pero se siente contento de que el municipio sea reconocido en todos lados por los diseños de esa alfombra.