María Josefina Mendoza, de 55 años, elabora ramos de palma para vender, desde $0.50 hasta $3.00, el próximo Domingo de Ramos, en el municipio de Santa Rosa de Lima.
“Elaboro 300 ramos. Desde febrero nos preparamos. Primero se seca la palma, luego se rasga y se hacen las penquitas, al tenerlas hechas se pintan, luego se hacen las cruces de vara de jalacate”, explicó María Josefina, mientas descubría las cajas en las que ya se encuentra empaquetado su producto.
Ella aprendió a producir ramos cuando tenía 12 años; su madre, Isabel Mendoza, le enseñó el negocio.
“Antes eran solo unas hojitas, hoy los preparamos de otro modo para ver si podemos vender más”, comentó Isabel, quien recibe la ayuda de su esposo para recolectar varas que sirven para hacer las pequeñas cruces que adornan los ramos.
Ambas artesanas viven en el caserío Tapalito, cantón la Cruz, de Yucuaiquín. En el caserío residen unos 800 habitantes, donde muchos hombres se dedican a la agricultura, mientas que las mujeres, con ayuda de familiares, elaboran los ramos de palma.
Las casas son de varas de jalacate, plástico y cartón; ahí guardan celosamente las creaciones que venderán en Semana Santa y que les llevará ingresos extra a las familias. *
En el lugar nadie recuerda quién inicio con la elaboración de los ramos de palma, pero se ha convertido en tradición y negocio, en especial cuando la principal materia prima la tienen en el patio de sus casas.
“El coyol es nato del lugar pero algunas personas van hasta Honduras a traerlo, uno compra los masitos de flor de coyol a $5.00, el problema es que el coyol se ha secado porque queman los potreros”, comentó Isabel Mendoza.