No fue el mejor Barcelona, no fue el mejor Manchester United y, en esa igualada, los azulgranas tienen más calidad; de ahí que una combinación Messi-Suárez, unida a un fallo del rival, fuese suficiente para que el Barcelona asaltase Old Trafford (0-1) y cobre ventaja para la vuelta.
Un gol de Luke Shaw en propia puerta, anulado en principio y validado por el VAR, bastó para que el Barcelona consiguiese la primera victoria de su historia en Old Trafford y para que agrande su favoritismo en estos cuartos de final de la Liga de Campeones.
El partido siguió el curso marcado y remarcado en la previa. Un Barcelona posesivo con la pelota y un United agazapado y firmando desde el primer momento el pacto de no agresión. La única laguna de los azulgranas llegaba en la unión entre los centrales y un desconectado Busquets. El pivote no encontraba salida clara a la pelota y errores suyos daban el único peligro que poseía el United.