Desde hace tres semanas la granja escolar del Complejo Educativo colonia La Confianza ha sido blanco de hurtos, por parte de personas que aprovechan la falta de vigilancia y deciden vulnerar la malla ciclón que funciona como única protección.
El director del complejo educativo denunció el hurto de 70 gallinas ponedoras y herramientas de trabajo, entre otros. Por la noche del miércoles hurtaron la bomba sumergible ubicada en el pozo de la granja, que mide unos 10 metros de profundidad.
“La bomba llevaba el agua al tanque y luego se distribuye a las diferentes galeras donde están los pollos de engorde, conejos, gallinas ponedoras, el área de cerdo y el suministro de agua para el estanque de tilapias, entre otros”, comentó uno de los docentes encargados de la granja.
La granja esta ubicada en las riveras del río Grande, de San Miguel, en un área semi-urbana casi desolada, a una distancia aproximada de 10 cuadras del lugar donde funciona el complejo educativo. Sin recursos para el pago de vigilante y mejoramiento en la seguridad, la granja es vulnerable al saqueo de animales y equipo.
“Esta bromita me va andar cerca de los 700 dólares, unos amigos me hicieron el préstamo para ir a comprar la bomba y poder instalarla mañana porque nadie me la quiso dar fiada”, lamentó el director Henrry Rodríguez, quien dijo tratará de gestionar ante el Ministerio de Educación la seguridad y el muro petimetral, “de lo contrario estaría cerrando la granja en los próximos meses porque con esto yo no puedo continuar”.
Aprenden practicando
Daniel García, junto a otros alumnos del 2° año de Bachillerato General, cumplen con su labor social en las instalaciones de la granja. En los últimos dos días el trabajo ha sido aún mas duro, ya que deben de sacar agua del pozo de forma manual; los jóvenes se turnan para poder sacar el agua con la ayuda de un lazo atado a un balde y luego llevarla a las pilas y corrales de los animales. Los alumnos también se encargan de alimentar a los animales y limpiar el lugar.
“El año pasado solo venía de vez en cuando, pero hoy he aprendido más, como recolectar huevos y darles de comer a las gallinas. Hoy se necesita saber de todo porque uno saca el bachillerato, pero no sabe si podrá trabajar en una empresa y este conocimiento puede servir para más adelante sino conseguimos trabajo”, comento Daniel García, de 19 años y estudiante de bachillerato, quien espera conseguir una beca para continuar sus estudios universitarios.
La granja escolar nació junto con el Bachillerato Agrícola, y a pesar de tratarse de una área semi-urbana donde algunos vecinos usan los lotes como potreros, el Bachillerato Agrícola no logró la aceptación que esperaban, siendo remplazado por el Bachillerato General.
“La granja tiene un vinculo educativo formativo, los alumnos de Bachillerato General realizan sus servicio sociales y al mismo tiempo se desarrollan los módulos de habilitación laboral donde los alumnos desarrollan las capacidad en cuanto al manejo de una granja” explico Carlos V.
Sin presupuesto
La granja educativa no tiene un presupuesto asignado, aseguró el director del centro escolar. La instalaciones funcionan con algunos recursos que logran de la venta de huevos, gallinas y tilapias, pero no logra ser auto sostenible.
“El presupuesto que se tiene es para el funcionamiento escolar, para la granja no dan un solo centavo, y como no hacen depósito del pago de personal, los empleados lo que hacen es que los primeros meses se retiran de la escuela y nos quedamos sin vigilantes”, explicó.
El director lamenta que aún el Ministerio de Educación no ha realizado el depósito del presupuesto escolar.
“No lo han entregado, si el dinero está por qué no lo dan, porque ese presupuesto se aprobó desde el año anterior y hemos llegado hasta mayo-julio y ellos no hacen el depósito, qué esta pasando” cuestionó Rodríguez.