El martes pasado, el receptor venezolano Tomás Morales, de Didelco, perdió los “papeles” y se fue contra el umpire, molesto por una decisión de este.
El jugador de los puro hierro le dio un derechazo al juez Jorge Ochoa y lo mandó al suelo. Luego se dio la vuelta, y regresó para discutir más, pero fue separado por otros jugadores y otros réferis que intervinieron y, finalmente, fue expulsado del encuentro en el que Shopping Center venció por 10-2 a Didelco, la noche del martes.
Este miércoles, ya había una resolución sobre el caso pero la directiva de los puro hierro apeló, a lo que tiene derecho según bases de competencia.
El caso volverá a ser estudiado el sábado por la mañana y se evaluarán todos los aspectos para dar la mejor resolución posible, en base al informe de los jueces, del visor y de los equipos involucrados, así como en los reglamentos establecidos para estos sucesos.
En todo caso, por bases de competencia, el castigo podría incluir una sanción monetaria para el jugador y partidos de castigo, que, dependiendo del análisis, pueden ir desde uno hasta por el resto de la campaña.
Hace 2 años, el jugador Francisco Carballo, quien en ese momento militaba para las Águilas de la Universidad Tecnológica, le propinó un golpe a un juez, pero este fue con el bate.
El reglamento incluye un artículo que establece que si la agresión ya es con un objeto contundente, la suspensión es mayor, y puede llegar a ser hasta por 2 años.
Efectivamente, ese fue el castigo para el jugador, quien quedó fuera de cualquier actividad federada del deporte del béisbol, algo que se reportó incluso a nivel del Instituto Nacional de los Deportes.